La DANA que asoló a las comunidades de Valencia y Castilla-La Mancha el pasado 29 de octubre puso a prueba la estabilidad del sistema eléctrico. Gracias a la rápida y decisiva actuación de los profesionales del sector y REE, se evitó un apagón total, se restableció el suministro y se sentaron las bases de la reconstrucción en tiempo récord.
La importancia de la energía firme
El equipo técnico de la central nuclear de Cofrentes lideró la respuesta inicial, estabilizando la red mediante una reducción controlada de carga para mitigar las oscilaciones de tensión causadas por daños en la subestación de Catadau. Este esfuerzo fue respaldado por la activación inmediata de la central hidroeléctrica de La Muela, en respuesta a la solicitud del operador de red, que alcanzó plena carga en cuestión de minutos, y por la puesta en marcha urgente de la central de ciclo combinado de Castellón.
Estas acciones combinadas aportaron más de 4.200 MW de potencia al sistema, evitando un colapso total en el suministro. La energía firme y flexible, gestionada por equipos altamente cualificados, se confirmó como un pilar esencial para enfrentar emergencias de esta magnitud.
Lecciones aprendidas y futuro energético
Para el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid, la gestión de esta crisis subraya la necesidad de contar con una infraestructura energética diversificada y robusta, apoyada por un mix energético que no prescinda de ninguna tecnología. La combinación de energía firme y profesionales cualificados salva vidas y garantiza la continuidad de los servicios esenciales.
Compromiso con la sostenibilidad y la fiabilidad
Desde el Colegio, se reitera el compromiso con una planificación energética que combine fiabilidad, sostenibilidad medioambiental y viabilidad económica. Asimismo, se aboga por una mayor inversión en infraestructuras críticas para afrontar con garantías los desafíos futuros.