El conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca Economista de la Generalitat Valenciana, Miguel Barrachina, ha fundamentado en El Intercafé que “las obras hidráulicas son indispensables y se han demonizado. Hay una ideología radical de la izquierda que aboga por que esto es del pasado, pero la técnica apunta que hay que laminar el agua que sale de los pantanos para que baje con menos fuerza y dominar el agua para utilizarla para riego”.
De hecho, Barrachina ha destacado que “han demorado y quitado del presupuesto obras que se iban a llevar a cabo en el barranco de Poyo, y había una doctrina de abandono de los cauces que han topado con la realidad. La Confederación tiene obras en los cajones, previstas y presupuestadas pero que en este periodo progre no han querido acometerlas, cuando salvan vidas humanas”.
Sobre ello, el conseller de Agricultura y Agua ha aseverado que “se presentó un bloque de 2.250 millones de euros el 7 de noviembre, de obras maduras previstas y dispuestas para ejecutarse inmediatamente a lo largo de la Comunidad Valenciana, y la Confederación descartó 6 actuaciones y solo harían la intervención en el barranco de Poyo”.
“Todas las actuaciones, salvo la del barranco de Poyo, las calificaron de desfasadas. Así calificaron actuaciones donde se establecían ciertas presas o intervenciones en determinados cauces, pero por el contrario, llevan siglos proyectadas y no se han acometido”, ha argumentado el conseller valenciano.
También, Barrachina ha recalcado que “las obras que nosotros planteábamos, que eran históricas, nos apuntaron desde el Gobierno que eran obras anticuadas y desfasadas. Se ha demostrado que el plan Sur ha sido totalmente efectivo, pero si hubiera gobernado Ribó, querían renaturalizar este espacio que hubiera conllevado un mayor peligro para la ciudad”.
noticias relacionadas
