2 de abril: Comienza una nueva era económica mundial basada en el proteccionismo fomentado por Estados Unidos

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado su intención de implementar una serie de aranceles a nivel global a partir del 2 de abril, una medida que ha generado alarma en la comunidad internacional y entre economistas. La propuesta, que busca establecer aranceles «recíprocos» para proteger la industria estadounidense, podría desencadenar una guerra comercial de gran magnitud, con posibles repercusiones negativas para la economía mundial, incluyendo la de Estados Unidos.

La idea central de Trump es igualar los aranceles que Estados Unidos cobra a las importaciones con los que otros países imponen a las exportaciones estadounidenses. Sin embargo, expertos como Mary Lovely del Instituto Petersen de Economía Internacional advierten sobre la complejidad y los riesgos de esta política. Según Lovely, esta medida podría poner la política arancelaria de Estados Unidos en manos de otros países, perjudicando a los consumidores estadounidenses. Además, la implementación de aranceles específicos para cada producto y país implicaría una enorme carga burocrática y abriría la puerta a posibles fraudes.

Se barajan varias opciones para la implementación de los aranceles, desde una tasa generalizada para todas las importaciones de cada país hasta un arancel básico para todos los países, con posibles aumentos en caso de represalias. La Casa Blanca también ha expresado su intención de incluir en el cálculo de los aranceles otras prácticas comerciales que consideran perjudiciales, como las regulaciones ambientales y el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

La justificación de Trump para esta política, según El Economista, se basa en la idea de que los aranceles son un impuesto que los países exportadores cobran a los importadores, una teoría que ha sido ampliamente criticada por economistas. Además, su objetivo de financiar el gasto público exclusivamente a través de aranceles se considera inviable, dada la magnitud del gasto público actual y las posibles consecuencias negativas para la población estadounidense.

Implicaciones geopolíticas y respuestas internacionales

La propuesta de Trump ha generado preocupación entre los aliados de Estados Unidos, que temen una escalada de tensiones comerciales y una posible fragmentación del sistema de comercio internacional. La Unión Europea, China y otros países han advertido sobre las posibles represalias y han instado a Estados Unidos a reconsiderar su postura. La Organización Mundial del Comercio (OMC) también ha expresado su preocupación y ha recordado a Estados Unidos sus obligaciones comerciales internacionales.

Los economistas advierten que la implementación de aranceles globales podría tener un impacto negativo en la economía estadounidense, aumentando los precios de los bienes importados y perjudicando a las empresas que dependen de las cadenas de suministro globales. Además, una guerra comercial podría desencadenar una desaceleración económica global, afectando el crecimiento y el empleo en todo el mundo.

Economistas como Greg Mankiw de la Universidad de Harvard han expresado su preocupación por la falta de comprensión de Trump sobre la economía internacional, advirtiendo sobre los posibles efectos devastadores de esta política en el comercio mundial. El Peterson Institute también ha alertado sobre los riesgos de los aranceles elevados, que podrían empeorar los desequilibrios macroeconómicos, perjudicar las exportaciones, disminuir el crecimiento económico y aumentar la inflación. La implementación de estos aranceles representa un experimento comercial de gran envergadura, con posibles consecuencias impredecibles para la economía global.