La reciente exención arancelaria de Estados Unidos para teléfonos móviles inteligentes, componentes de ordenador y semiconductores, ha resultado ser una medida temporal, según aclaró este domingo el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick. La noticia llega en medio de la guerra comercial entre Washington y Pekín, y ha provocado una reacción desde China.
Lutnick, en una entrevista con la cadena ABC News, afirmó que «todos esos productos se incluirán en la categoría de semiconductores y tendrán un arancel específico (…) Estarán incluidos en los aranceles sobre semiconductores, que probablemente entrarán en vigor en uno o dos meses. Así que estos llegarán pronto».
Sus declaraciones matizan el aviso previo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP), que había anunciado la exclusión de smartphones, componentes de ordenadores y chips semiconductores, entre otros dispositivos electrónicos, de los «aranceles recíprocos». Esta exención se aplicaba a productos importados a EE.UU. y que hubieran ingresado al país norteamericano o salieran de los almacenes en sus lugares de origen a partir del 5 de abril.
El presidente estadounidense, Donald Trump, que este sábado se dio un baño de masas en un espectáculo de artes marciales en Miami (Florida), ya había adelantado el sábado su intención de hablar el lunes sobre la posible aplicación de aranceles a semiconductores, en un contexto de «dudas sobre su errática estrategia» comercial. Lutnick amplió este punto el domingo, subrayando que «necesitamos semiconductores, chips y pantallas planas; necesitamos que estos productos se fabriquen en Estados Unidos. No podemos depender del Sudeste Asiático (…) Por lo tanto, esto no es una exención permanente (…) Es una cuestión de seguridad nacional que se fabriquen en Estados Unidos».
Cabe recordar que esta semana pasada, Trump pospuso la aplicación de los «aranceles recíprocos» 90 días para negociar con los países implicados, pero mantuvo un impuesto base del 10 % a las importaciones. Esta pausa no incluyó a China, contra la que Trump ha incrementado los gravámenes al 125 %, más otro 20 % previo (145 % en total), lo que provocó una respuesta proporcional de Pekín y el temor a una escalada comercial.
«Pequeño paso»
En este contexto, el Ministerio de Comercio chino había valorado horas antes la exención arancelaria sobre la electrónica como un «pequeño paso» para que Estados Unidos «corrija su práctica errónea» de aplicar aranceles al gigante asiático, e instó a que Washinghton «cancele por completo» los gravámenes. «Es un pequeño paso en la dirección correcta», señaló un portavoz oficial.
Desde Pekín, el Ministerio de Comercio ha valorado esta decisión como «una rectificación parcial de lo que considera una política comercial ‘errónea y contraproducente'». «Estamos evaluando el alcance y la relevancia del impacto económico de estas exenciones, pero consideramos que se trata, en todo caso, de un paso limitado hacia la corrección de una práctica equivocada», declaró un portavoz oficial.
China ha criticado reiteradamente la política arancelaria impulsada por la anterior administración estadounidense —con Donald Trump al frente— en el marco de la llamada guerra comercial. Según el Gobierno chino, esta estrategia «no ha conseguido resolver los problemas internos de Estados Unidos, y sí ha provocado importantes distorsiones en el comercio global». «Estas medidas han dañado gravemente el orden económico internacional, han interferido en el funcionamiento normal de las empresas, afectado a los consumidores y perjudicado a terceros países», sostiene Pekín.
Para China, esta medida de exención supondría un alivio, al igual que para empresas estadounidenses como Apple o Nvidia, que fabrican la mayor parte de sus dispositivos en el país asiático y se verían afectadas por el encarecimiento de los precios finales.
La contradicción entre el anuncio inicial de la exención y la posterior aclaración del secretario de Comercio Lutnick pone de manifiesto la volatilidad y la complejidad de la política comercial estadounidense. Este vaivén genera incertidumbre en los mercados y dificulta la planificación a largo plazo de las empresas, especialmente en el sector tecnológico, que depende en gran medida de las cadenas de suministro globales. La resolución de esta disputa comercial requerirá no solo la eliminación de los aranceles, sino también un enfoque coherente y predecible que fomente la estabilidad en las relaciones comerciales entre las dos potencias.
Imagen. Trump, este sábado en un evento de artes marciales celebrado en Miami (Florida). Cuenta de X de la Casa Blanca.