Detalles del funeral del Papa que desconocías: misa, ataúd, procesión y hasta un rito bizantino

El Vaticano se prepara para un emotivo y complejo adiós al papa Francisco, cuyo funeral se ha celebrado este sábado en la plaza de de San Pedro del Vaticano. A las ocho de la tarde de este viernes se cerró la Basílica de San Pedro. Ningún fiel puede ya visitar el féretro del Santo Pontífice. La ceremonia, que comenzó a las 10 de la mañana, aunque enmarcada en tradiciones ancestrales detalladas en el «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis», ha incorporado elementos que reflejan el espíritu inclusivo de su papado. Por parte de las autoridades españolas, está prevista la presencia de los Reyes de España, las vicepresidentas del Gobierno, María Jesús Montero y Yolanda Díaz, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el líder de la oposición, diputado y presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. La televisión autonómica À Punt prepara una programación especial.

Los ritos funerarios papales, conocidos por su meticulosa planificación y profundo simbolismo, alcanzaron su punto culminante con el funeral y la posterior sepultura. Un día antes de la misa, el ataúd de Francisco, que ha permanecido en exposición pública durante tres días, fue sellado y su rostro cubierto con un velo de seda blanca. El maestro de ceremonias depositó en el féretro una bolsa con monedas vaticanas acuñadas durante su pontificado y un «rogito», un documento que resume su vida y obra como Papa.

La misa funeral comenzó con una procesión encabezada por un sacerdote portando una cruz, seguido por los «sediarios pontificios» que llevarán el ataúd, y el clero. Tras la colocación del féretro, se situó sobre él un libro de los Evangelios, dando paso a la misa. La liturgia se desarrolló a través de las etapas de Ritos Iniciales, Liturgia de la Palabra, Liturgia Eucarística, Rito de Comunión y la «Ultima Commendatio et Valedictio», incluyendo la lectura de los nombres de 73 santos y una súplica final de las Iglesias orientales en rito bizantino.

El cuerpo del Papa fue trasladado al lugar de sepultura, donde el funeral continuó con el canto de antífonas, salmos e invocaciones. El ataúd de madera se selló con los sellos del Cardenal Camarlengo, la Prefectura de la Casa Pontificia, la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice y el Cabildo Vaticano, antes de ser colocado en la tumba para su bendición en una ceremonia privada.

En un gesto innovador, acorde con el papado de Francisco, la ceremonia contó con la participación especial de representantes de personas transgénero, vulnerables y presos. Ellos fueron los encargados de dar la bienvenida al ataúd de Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor, en su último viaje.