El hasta ahora concejal de Vox en el Ayuntamiento de Torrent, Guillermo Alonso del Real, ha comentado su salida del partido por profundas discrepancias con la dirección nacional y provincial, y su paso al grupo de concejales no adscritos. En una contundente declaración pública, ha denunciado la falta de apoyo recibido por parte de su formación y ha defendido su decisión de conservar el acta como concejal.
“A mí me llamaron para meterme con ellos, y llevo demandando ayuda durante mucho tiempo porque soy el que está con los vecinos y da la cara. Pero ante esa omisión, yo decido dejar el partido y quedarme con el acta”, ha explicado Alonso, que asegura haberse sentido abandonado en el trabajo municipal diario.
El edil, que se trasladó a vivir a Torrent en 2019, relata que se sumó al proyecto de Vox tras ser contactado por redes sociales, en un momento en que veía una oportunidad de contribuir a la política local. “Entiendo que es un buen momento para intentar trabajar, con todo el esfuerzo que conlleva”, señaló. No obstante, con el paso del tiempo, afirma haber chocado con un modelo de partido “demasiado centralizado”, donde cualquier desviación de la línea oficial se traducía en “una llamada al orden que iba increscendo”.
Alonso asegura haber enviado informes quincenales a la dirección del partido, alertando sobre los problemas del pacto con el PP en Torrent y proponiendo cambios: “Desde hace más de un año, yo envío ayuda a la dirección nacional y provincial porque vamos viendo que el pacto con PP aquí en Torrent era muy mejorable”.
También reprochó la respuesta de Vox durante episodios como la DANA: “Argumenté dejar de hacer comisiones porque lo estaban haciendo ya en Madrid o les Corts y en los municipios nos debíamos dedicar a trabajar”.
En su opinión, el partido debería reflexionar sobre su modelo organizativo: “Está muy bien tener unos principios generales, pero no puede ser una fina línea de la que no te puedes salir. Vox es muy necesario, pero debe definir qué tipo de partido quiere ser: uno de profesionales con conocimiento de la calle, o un partido centralizado que fije todas las líneas de actuación”.
Guillermo Alonso reconoce que su paso al grupo de no adscritos le deja en una posición “muy complicada”, pero insiste en que su compromiso es con Torrent: “Yo he asumido unos compromisos con mi municipio mientras al mismo tiempo me iban dejando solo y era yo el que remaba sin tener nadie detrás. Me quedo porque la política no me hace falta para vivir, pero la gestión sí me importa”.
Sobre su relación con el Partido Popular, el edil la define como “muy buena con el grupo municipal”, aunque matiza: “Con Amparo Folgado sin más, porque hemos tenido nuestras discrepancias”.
El movimiento de Alonso supone un nuevo episodio de fractura interna en Vox a nivel municipal y pone sobre la mesa el debate sobre el modelo de partido y la autonomía de sus representantes en el territorio.