Los restos arqueológicos tienen la culpa de todos los retrasos en los proyectos de la ciudad

En apenas dos semanas se ha pasado de no saberse nada en dos años de los proyectos urbanísticos en esta ciudad a suceder una revolución. No se creerán que la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, iba a seguir los designios del equipo del Rialto, de Compromís y el PSPV, pues no.


El PP, partido gobernante en la ciudad con Vox, debe seguir el curso de sus consideraciones urbanísticas y ya lo avisó en su día. No le gustaba el diseño ganador de la plaza del Ayuntamiento y anunció el inicio de un repensar de ese proyecto y del de la Avenida del Oeste y aparcaba el de la Avenida del Puerto, algo esto último que no me agrado no por afectar a la zona por donde resido sino porque precisa de una remodelación y minorar el ruido del paso del tráfico así como una pensada al tráfico por Islas Canarias y la Avenid de Baleares, buen pero esto es para otro articulo.


Pasados dos años del mandato, este mes se cumplen dos años de que el PP ganara las elecciones en la ciudad, y ya falta poco para empezar una nueva carrera electoral, poco o nada se ha hecho en el Urbanismo de la ciudad.
El asunto de la remodelación de Pérez Galdós, sin eliminarse el túnel, avanza como los caracoles; el de la avenida del Oeste ha despertado del sueño de los justos y lo mismo ha hecho la remodelación esperada de la plaza del Ayuntamiento. Dice Catalá tenerlo todo claro y habrá sorpresas pero igual dentro de seis meses cuando el equipo adjudicatario del proyecto lo tenga. Espero sea para noviembre o diciembre de este año.
Y digo todo esto porque ahora si ella y su equipo de gobierno, en especial el concejal de Urbanismo, Juan Giner, y sus técnicos junto a Aumsa, si Aumsa en donde porfin ha podido tener a un gerente en condiciones y duradero tras el paso fugaz de otros dos.


Dentro de todo esto hay algo que sigue sin gustarme ni cuadrarme. Ustedes se creen que los restos arqueológicos existentes bajo el suelo de la plaza del Ayuntamiento de Valencia pueden ser los causantes de la demora en ejecutar las obras. Vamos sería de un desconocimiento supino de la realidad. Pues eso es lo publicado por el periodista Alex Serrano de Las Provincias en un articulo donde hace referencia al ganador del concurso, el paisajista Miguel del Rey. Les digo que me quedé sorprendido como si él desconociese no ya sólo de la existencia de restos de la Tortada de Goerlich sino del antiguo Convento de San Francisco de cuyo inmueble bien hace poco se ha escrito un prolifico libro.


Que si los restos arqueológicos complican la plantación de árboles. Vaya que descubrimiento a la vez que debería contarse mejor y es falso. Existen árboles en la plaza desde hace años y plantar nuevos se plantaron. Ahora resulta que por plantar más van a destruir restos históricos. Más bien diría debería ayudar a conocer la ciudad.


Aún recuerdo la polémica de cuando el concejal de Urbanismo de esta ciudad, Juan Manuel Castañer, por Unión Valenciana, quiso hacer un aparcamietno subterráneo. Que se lo cuenten a mi apreciado arquitecto Javier Domínguez la de páginas y páginas de períódicos y debates en comisiones y plenos.


Pues eso señores paisajistas, urbanistas y arquitectos dejen de escudarse en los restos arueológicos como un peligro de esta ciudad o un freno al desarollo de la misma y vean en las obras a realizar donde estén previstos un avance en la historia de la misma pero esto incluso a algún funcionario municipal le cuesta entender.


Hasta el jefe de la sección de Arqueología, el apreciado amigo Víctor Algarra, también guarda silencio. No es de extrañar desde su llegado al puesto nadie sabe bien lo que ha hecho como responsable.


A por cierto, que bonito es matar al mensajero, al periodista y culparlo de todas las atrocidades. Claro esta el periodista escribe lo que escribe o yo no he dicho eso cuando llegado el momento no interesa reconocer lo dicho aunque igual en alguna ocasión si fuese así pero pregúntense si un periodista profesional lo hiciese siempre. Perdería veracidad y en este caso no creo lo sea.