Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha anunciado su «salida» definitiva de la Casa Blanca, donde ejercía como «Empleado Especial del Gobierno» al frente del singular Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). El adiós de Musk, confirmado este miércoles a través de su cuenta de X (antes Twitter), llega un día después de que se hicieran públicas sus críticas al presidente Donald Trump por el «enorme gasto público» derivado de la reforma fiscal republicana.
La decisión de Musk de desvincularse de la administración Trump pone fin a una de las incursiones políticas más excéntricas en la historia reciente de Estados Unidos. Aunque fuentes de la Casa Blanca insisten en que la relación entre ambos sigue siendo amistosa, el contraste es notable con la sintonía pública que mostraron al inicio del mandato de Trump.
La relación política entre Musk y Trump se gestó en el verano de 2024, cuando el magnate, que anteriormente había mostrado simpatías demócratas, se acercó al candidato republicano tras un intento de asesinato en Pensilvania. Posteriormente, contribuyó a su campaña con una cantidad récord de más de 260 millones de dólares.
Una vez Trump regresó a la Casa Blanca, el magnate de origen sudafricano se puso inmediatamente al frente del DOGE, un organismo para el que reclutó a un grupo de jóvenes ingenieros. Estos equipos se introdujeron en decenas de agencias gubernamentales, lo que llevó al despido de miles de funcionarios. Este trabajo ha enfrentado una notable oposición en los tribunales federales, resultando en un buen número de sentencias en contra.
Promesas incumplidas
Antes de la victoria electoral, Musk aseguró que al frente de esa «motosierra del gasto público» sería capaz de ahorrar a los contribuyentes dos billones de dólares. Luego ajustó su promesa a un recorte de un billón. Se calcula que el DOGE ha identificado hasta ahora unos 175.000 millones de dólares de «desperdicio, fraude y abuso», una cifra muy inferior a los objetivos iniciales.
El punto de inflexión que llevó a la salida de Musk parece haber sido el avance de una entrevista concedida a la CBS. En ella, el magnate expresó su escepticismo sobre la «gran y hermosa ley» fiscal impulsada por Trump, manifestando dudas de que pudiera ser ambas cosas al mismo tiempo. «Es una opinión personal», aclaró Musk en el clip, difundido como adelanto de la entrevista completa.
Pocas horas después de estas declaraciones y de que Trump eludiera responder directamente sobre ellas, el propietario de Tesla y SpaceX publicó un mensaje en X agradeciendo al presidente la oportunidad de reducir el gasto innecesario. «La misión del @DOGE se fortalecerá con el tiempo a medida que se convierta en una forma de vida en todo el gobierno», afirmó. La Casa Blanca confirmó la efectividad de su salida desde la noche de este miércoles.
La incursión de Musk en la política de Washington, que oficialmente comenzó el día de la toma de posesión de Trump con un controvertido saludo en un evento, ha sido calificada por muchos como peculiar. En entrevistas recientes, realizadas con motivo del lanzamiento de su cohete Starship (que culminó en un tercer fracaso consecutivo), el empresario ha reconocido haber cometido un error al «dedicarle tanto tiempo a la política» y ha admitido lo «cuesta arriba» que resulta «lograr cosas en Washington».
Imagen: El presidente Donald Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca, junto a Elon Musk acompañado de su hijo, el 11 de febrero de 2025. Fotografía de Daniel Torok. The White House.