Escrivá alerta de un «nuevo ciclo global de incertidumbre» y revisa a la baja el PIB para 2025

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, ha advertido hoy en el Congreso de los Diputados de que la economía española se enfrenta a un «nuevo ciclo global de incertidumbre», marcado por tensiones geopolíticas, disrupciones comerciales y la fragmentación del orden económico internacional. En este contexto, la institución ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento y de inflación para los próximos años.

Durante su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso, Escrivá explicó que, aunque la economía española cerró 2024 con un crecimiento del 3,2 %, muy por encima de lo previsto, el escenario central para 2025 se modera al 0,9 % del PIB, y al 1,1 % en 2026, debido al impacto de posibles nuevos aranceles, la ralentización del comercio global y un contexto financiero menos favorable.

En materia de inflación, el Banco de España prevé que siga reduciéndose, impulsada por el descenso de los precios energéticos, hasta alcanzar el 2 % en 2027, en línea con el objetivo del BCE. El Consejo de Gobierno del BCE ha decidido ya reducir los tipos de interés en 25 puntos básicos, hasta situarlos también en el 2 %.

Pese al aumento de la incertidumbre, los hogares y empresas españolas presentan una situación financiera sólida: el crédito vuelve a crecer tras el parón de 2023, y el endeudamiento de hogares y empresas ha disminuido notablemente en los últimos años. La banca, por su parte, presenta niveles sólidos de rentabilidad, solvencia y liquidez.

No obstante, Escrivá advirtió de que una escalada arancelaria sostenida tendría un impacto significativo sobre la economía, con una caída del PIB de hasta 0,7 puntos en el escenario más adverso. Además, instó a no caer en la complacencia y a continuar vigilando los desequilibrios macroeconómicos, especialmente el diferencial de competitividad y la sostenibilidad de las cuentas públicas.

El informe también subraya la necesidad de una coordinación europea más firme en materia fiscal, energética y tecnológica, y reafirma el compromiso del Banco de España con una política monetaria flexible basada en datos y adaptabilidad.

Imagen: Pool Moncloa. J.M.A.