El presidente de la Federación de Ocio, Turismo y Juego de la Comunidad Valenciana (FOTUR), Víctor Pérez, ha realizado un análisis profundo sobre la situación actual del sector de los festivales en la región. A pesar de la calidad de la oferta cultural y musical, Pérez reconoce que el entusiasmo vivido tras la pandemia ha perdido fuerza, y advierte sobre la necesidad de mayor implicación institucional y de una planificación estratégica a largo plazo.
“Hay muchos festivales a lo largo de todo el año, y no solo aquellos tan grandes que tienen más repercusión en redes. La temporada empieza a finales de febrero y acaba en octubre, con unos requisitos mínimos de organización que permiten tener festivales para todos los públicos”, ha explicado. Una diversidad que, sin embargo, también ha generado un escenario complejo: “No existe la alegría que debería haber, porque el boom que hubo después de la pandemia se ha diluido considerablemente. El cartel sigue siendo top, no se han subido los precios, y a lo mejor, por tanta oferta que hay, es más grande que la demanda y ahora los usuarios eligen con más detenimiento”.
Pérez ha querido poner en valor el trabajo de artistas, promotores y organizadores de la Comunidad Valenciana, a quienes considera pioneros en el ámbito musical y cultural: “Los promotores se la juegan edición tras edición con mucho trabajo para posicionar nuestra tierra a nivel mundial. Además, alrededor de estos actos se genera mucho impacto tanto directo como indirecto”.
No obstante, ha lanzado un mensaje claro a las administraciones públicas: “La administración debe empezar a dar ejemplo y permitir llamar festival a aquello que cumpla unas condiciones mínimas: seguridad, limpieza, tamaño y, por supuesto, cartel, sonido e iluminación”. A su juicio, establecer criterios claros permitiría diferenciar las propuestas profesionales de otras iniciativas sin garantías.
En ese sentido, el presidente de FOTUR también ha reivindicado la necesidad de nuevos espacios que estén a la altura del potencial del sector: “Para ser Valencia Music City debe haber conciertos, festivales y DJ. Ahora se debe apostar por crear espacios y albergar eventos de todas las características. El Roig Arena va a permitir concentrar muchos conciertos, pero los promotores necesitamos un espacio permanente que aporte mejores condiciones, siempre preservando el ocio y el descanso vecinal”.
Por último, ha respondido a algunas críticas recientes relacionadas con la gestión de la seguridad el pasado fin de semana: “La seguridad de los usuarios y de todo el personal que está trabajando ahí debe primar en todo momento. Las críticas recibidas no son entendibles porque hemos evitado situaciones que se podrían haber producido, desalojando cerca de 3.000 personas en pocos minutos”.



