Folgado traslada a la CHJ las necesidades para Torrent: obras prioritarias, planificación técnica y actuaciones inmediatas en zonas críticas

La alcaldesa Amparo Folgado, acompañada del concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, José Gozalvo y cuatro técnicos municipales de Urbanismo, ha mantenido una reunión con responsables y técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), con el objetivo de profundizar en el diagnóstico de los efectos de la Dana de octubre de 2024 en el municipio y coordinar futuras actuaciones dentro del marco del “Plan de recuperación y mejora de la resiliencia frente a inundaciones en las zonas afectadas por la Dana”, promovido por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Durante el encuentro, que contó con la presencia de técnicos especializados de la CHJ, se efectuó un análisis detallado del Plan y se revisaron los devastadores efectos de la Dana que superaron ampliamente las previsiones de los planes de gestión de riesgo de inundación vigentes.

Un nuevo enfoque integral frente al riesgo

La Dana de octubre de 2023 fue un episodio de carácter extraordinario que superó todos los registros históricos en cuanto a precipitación acumulada y caudales generados. Las zonas de Torrent más afectadas registraron niveles de agua superiores a los tres metros de altura, como constataron las mediciones del Instituto Valenciano de la Edificación. El barranco del Poyo, según los modelos desarrollados por el CEDEX, soportó un caudal superior a los 3.500 m³/s, lo que duplicó los valores previstos para una avenida de 500 años. El comportamiento hidráulico del sistema reveló que, si bien el cauce principal en Torrent tiene capacidad para canalizar hasta 3.000 m³/s, el colapso se produjo por los flujos laterales, los desbordamientos en zonas urbanizadas sin encauzamiento y las barreras físicas creadas por infraestructuras viarias. Esta situación generó una presión sin precedentes aguas abajo, afectando gravemente a municipios vecinos como Picanya, Paiporta, Alcàsser, y Massanassa.

En la reunión se explicó en detalle el nuevo plan específico adelantado por el Ministerio para afrontar los efectos de la Dana, que, según trasladó la CHJ, ya está en fase de consulta pública hasta el próximo 23 de julio. Este documento estratégico incluye medidas hidráulicas, normativas, de planificación territorial y de adaptación urbana con un claro objetivo: reducir la exposición, la vulnerabilidad y la peligrosidad ante futuras crecidas extremas.

Amparo Folgado destacó la importancia de que “este plan no se quede en el papel, sino que se traduzca en actuaciones concretas en Torrent, donde se han vivido situaciones dramáticas, con desbordamientos que han afectado especialmente a la zona norte del municipio y al entorno del barranco de l’Horteta, donde es urgente intervenir”.

La cantera de Calicanto y el barranco de l’Horteta, zonas estratégicas de actuación

Una de las zonas analizadas con mayor profundidad fue la cantera de Calicanto, localizada en el barranco de l’Horteta. Se estudia su aprovechamiento como zona de almacenamiento controlado de agua (ZAC), lo que permitiría laminar los caudales máximos y reducir la presión sobre el núcleo urbano en caso de fuertes lluvias. Según se explicó durante el encuentro, el subsuelo calizo de la cantera permite la filtración natural del agua en pocos días, aunque se aboga por establecer un diseño técnico que optimice el momento de entrada y vertido del caudal para maximizar su eficacia como infraestructura de protección.

Los técnicos de la Confederación destacaron que las zonas de almacenamiento lateral -como la cantera de Calicanto- son preferibles a las presas tradicionales por su menor riesgo estructural. A diferencia de las presas de materiales sueltos, cuya rotura podría tener consecuencias catastróficas, las zonas de laminación aprovechan depresiones naturales del terreno, con motas bajas o excavaciones, para ralentizar y contener los caudales máximos. En el caso concreto de la cantera, su uso como “bañera hidráulica” permitiría reducir las puntas de caudal que llegan al núcleo urbano, retrasando el tiempo de concentración de la avenida y permitiendo una evacuación más controlada.

En paralelo, se analizaron los problemas de aterramiento del cauce del barranco de l’Horteta en su tramo alto, con acumulaciones de sedimentos de hasta 10 metros que limitan su capacidad hidráulica y aumentan el riesgo de desbordamientos con precipitaciones menores. Folgado insistió en que “la retirada de sedimentos, la restauración del cauce y la creación de infraestructuras verdes deben ser prioritarias”.

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