Bolsa medio llena o medio vacía. Depende de las pretensiones de cada parte. El Gobierno de Pedro Sánchez y el Ejecutivo vasco, liderado por el lehendakari Imanol Pradales, han alcanzado este miércoles un acuerdo histórico para iniciar la transferencia de la gestión de la Seguridad Social a Euskadi. Este hito, contemplado en el Estatuto de Autonomía de 1979 y pendiente desde hace 46 años, marca un precedente en el modelo autonómico español, aunque ha desatado una contundente reacción por parte del Partido Popular, que lo califica de «patada a la unidad de España».
El anuncio lo realizó el propio lehendakari, Imanol Pradales, desde La Moncloa, en una comparecencia en la que estuvo acompañado por una bandera de España, una ikurriña y una europea. El proceso, tal como se había anticipado, será escalonado. Arrancará con la cesión de un grupo de prestaciones no contributivas, valoradas en unos 100 millones de euros, y con el relevo de la Tesorería General de la Seguridad Social en un ámbito, si bien pequeño, de alto valor simbólico: las pensiones asociadas a los seguros escolares. Además de las mencionadas pensionas no contributivas, Pradales se marcha a Vitoria con compromisos competenciales sobre salvamento marítimo y seguros escolares, y se buscó una salida para el Talgo, sin fecha. Pradales agradeció esos progresos pero también marcó algunas distancias porque no logró todo “lo deseado” y comprometido en la cita anterior.
El Ejecutivo vasco ha querido salir al paso de las previsibles críticas, solemnizando que «el traspaso respeta el modelo unitario y la caja única del sistema de Seguridad Social». En la misma línea, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, ha abundado que el acuerdo «cabe en la Constitución». El lehendakari Pradales, visiblemente satisfecho, celebró el desbloqueo: “La puerta de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social ha permanecido cerrada a cal y canto con 46 candados. Uno por cada año de incumplimiento del Estatuto en esta materia. Por fin se ha abierto. Por fin se empieza a cumplir la ley también en este ámbito”.
A pesar del avance, Pradales no ocultó su descontento por la falta de concreción en otras materias. Las negociaciones con la parte de Sumar del Ejecutivo central no han fructificado en el traspaso de las políticas pasivas de empleo, que incluyen las prestaciones y subsidios de paro y los medios humanos y materiales del SEPE (antiguo Inem). «Este avance no se corresponde completamente con los objetivos que habíamos acordado en noviembre de 2024 […]. Seguimos observando concepciones centralistas», señaló Pradales, quien pidió «orden» y «coordinación» al Gobierno central en lo tocante a Euskadi. No obstante, sí hubo «fumata blanca» en otras áreas no relacionadas con la Seguridad Social, como la gestión de la competencia de Salvamento Marítimo, la recepción de un centro en Barakaldo y la creación de una subcomisión para analizar la gestión de los aeropuertos.
Pradales, acompañado por el vicelehendakari socialista Mikel Torres (quien gestionará la nueva Seguridad Social vasca) y la consejera María Ubarretxena (PNV), regresó de Madrid con acuerdos tangibles tras una larga comisión bilateral de más de tres horas, precedida por un encuentro a solas con el presidente Sánchez. Esta es la segunda bilateral desde la articulación de este foro a finales de 2024 y la quinta reunión entre Pradales y Sánchez desde que el primero asumió el cargo hace poco más de un año. La cita se produce apenas 24 horas después de otra reunión bilateral entre el Estado y Cataluña, que se saldó con la propuesta de un nuevo sistema de financiación singular para la comunidad catalana.
Reacción del Partido Popular
La respuesta del Partido Popular no se hizo esperar y fue de una dureza extrema. Desde un acto institucional en Málaga, el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local y Análisis Electoral del PP, Elías Bendodo, cargó contra el acuerdo, calificándolo de “una patada a la unidad de España, a la democracia y a la solidaridad entre los españoles”.
Bendodo acusó directamente a Sánchez de ceder a presiones para mantenerse en el poder: “no todo vale por seguir unos días más en el poder”, afirmó, y añadió que “Sánchez está entregando las llaves del crecimiento, la unidad y la libertad a quienes quieren romper España”. El dirigente popular no dudó en vincular el acuerdo a la influencia de Bildu, aseverando que “Bildu sigue sin condenar la barbarie etarra” y que el Gobierno “cede al chantaje de los terroristas porque lo necesita para mantenerse en el poder”. Una frase que resumió su crítica fue: “ETA ya no mata, pero manda”, y «condiciona cada decisión del Ejecutivo».
Continuando con su enérgica condena, Bendodo describió un escenario de grave deterioro institucional. “Tenemos un Gobierno secuestrado, que cruza todas las líneas rojas” y que permite que “condenados por delitos de sangre vayan en listas electorales sin haber pedido perdón ni condenado el terrorismo”. Utilizando metáforas contundentes, sentenció que “el Gobierno parece que ha decidido sacar todos los cubos de basura a la calle al mismo tiempo” y que “Sánchez está desguazando la democracia tornillo a tornillo”. Finalmente, el representante del PP reiteró la promesa de que “todas estas cesiones serán revertidas cuando llegue el Gobierno del cambio liderado por Alberto Núñez Feijóo”, reafirmando el compromiso de su partido con la unidad, la legalidad y la democracia.



