Ayer parecía que había acuerdo comercial y en cuestión de horas todo se ha torcido. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a generar incertidumbre en la política comercial internacional, amenazando con elevar los aranceles a la Unión Europea del 15% al 35%. La advertencia llega solo días después de que su Administración confirmara una serie de gravámenes y se produce un día después de que la UE suspendiera sus propias contramedidas para dar espacio a la negociación.
La amenaza de Trump se basa en lo que él considera un incumplimiento de un acuerdo no escrito: el compromiso de la UE de invertir 600.000 millones de dólares en Estados Unidos. «Rebajaron sus aranceles y pagaron 600.000 millones de dólares. Por eso rebajé sus aranceles del 30% al 15%,» afirmó Trump en una entrevista, describiendo la supuesta inversión como un «regalo.»
Además de la advertencia a la UE, el presidente estadounidense ha anunciado que podría imponer aranceles de hasta el 250% al sector farmacéutico para forzar a las compañías a producir sus medicamentos en territorio estadounidense. Sobre este tema, Trump ha criticado a las farmacéuticas por «hacer una fortuna con los fármacos» y producirlos en el extranjero. Esta medida, que comenzaría con aranceles bajos y se iría elevando, afectaría especialmente a países como Suiza, cuyo principal mercado para este sector es Estados Unidos.
Trump también ha señalado a otros países como la India, a la que ha amenazado con aumentar drásticamente los aranceles por sus compras de gas y petróleo rusos, acusándola de «alimentar la maquinaria de guerra» de Rusia. Ante esta situación, la presidenta suiza, Karin Keller-Sutter, ya ha iniciado gestiones en Washington para negociar una reducción de los aranceles que ya se aplican a su país.



