El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió anoche en una entrevista en el Telediario de TVE su continuidad al frente del Ejecutivo pese a las polémicas judiciales y políticas que afectan a miembros de su entorno. Sánchez aseguró que su compromiso es “tomar decisiones, por duras que sean, y ofrecer al país una agenda de mejoras democráticas”, negando que exista una corrupción estructural en el PSOE.
Respecto a la salida de José Luis Ábalos del Gobierno, recordó que se trató de una “reestructuración importante” tras la pandemia, motivada por el desgaste en el Consejo de Ministros. Sobre las conversaciones entre Ábalos y Santos Cerdán, Sánchez admitió que le afectaron “en lo personal y en lo político” e incluso pensó en dimitir, aunque finalmente optó por continuar con su proyecto político: “He respondido con total contundencia y hemos colaborado con la justicia. No hay una sentencia firme”.
El presidente negó la existencia de prácticas corruptas dentro de su partido: “Por supuesto que no hay corrupción estructural ni financiación ilegal en el PSOE. Desde que soy secretario general, hacemos dos auditorías: la del Tribunal de Cuentas y una externa”.
También mostró su apoyo al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, acusado en un proceso judicial: “Es inocente, creo en su inocencia. La justicia la dictaminan los jueces. Me podrá dar el beneficio de confiar en una persona como él”.
Casos que afectan a su esposa y hermano
Sánchez se refirió igualmente a las investigaciones sobre su esposa y su hermano, a las que calificó de “penas de telediario” impulsadas por “organizaciones ultraderechistas”. Defendió su honestidad y denunció que algunos jueces “hacen política”: “El CGPJ debería reflexionar sobre cómo defenderse ante procesos defectuosos en fondo y forma”.
Preguntado sobre dónde pondría el listón para dimitir, afirmó que ya ha actuado antes que otros partidos en casos como el de Ábalos y Cerdán: “He pedido que entregaran el acta y que se dieran de baja como militantes. Hemos dado una respuesta contundente incluso sin juicio abierto”.
Economía, vivienda y financiación autonómica
El jefe del Ejecutivo admitió las dificultades que atraviesan los ciudadanos para acceder a una vivienda y reconoció que la desigualdad persiste. No obstante, destacó que su Gobierno ha incrementado un 62% la construcción de vivienda protegida en los últimos meses y ha multiplicado por ocho el presupuesto en esta materia: “Es la legislatura de la vivienda, pero necesitamos tiempo y la colaboración de las comunidades autónomas”.
En cuanto al poder adquisitivo, defendió las medidas aplicadas desde 2018: subida del salario mínimo, reforma laboral y aumento de pensiones. También justificó la quita de deuda a las comunidades autónomas como “margen fiscal” para reforzar políticas sociales, negando que se trate de una concesión a ERC.
Sánchez confirmó que presentará los Presupuestos Generales del Estado, aunque no consigan salir adelante: “Son un instrumento, no un fin en sí mismo. Si los tumban, seguiremos con los actuales”. Recordó que una moción de censura ya acabó con la corrupción sistémica del PP en 2018 y pidió a la oposición responsabilidad.
Sobre la negociación política en Cataluña, avaló la posición del líder del PSC, Salvador Illa, y subrayó la necesidad de “superar conjuntamente los años pasados”.
Política exterior y mensajes de odio
En el plano internacional, Sánchez apostó por reforzar el peso de Europa en la relación transatlántica y defendió el respeto al derecho internacional en conflictos como Gaza. Respecto a las tensiones con la administración Trump, negó un enfrentamiento: “España mantiene una relación amistosa con Estados Unidos, aunque tengamos diferencias”.
Finalmente, el presidente se refirió a los mensajes de odio que recibe: “Con mucha paciencia. La polarización en España es asimétrica: yo no insulto. Hay que desterrar expresiones como el ‘me gusta la fruta’ de la política y volver al respeto”.



