Sánchez defiende las protestas propalestinas horas antes de la cancelación de la Vuelta y Feijóo habla de «ridículo internacional»

Horas antes de que la última etapa de la Vuelta Ciclista a España fuera suspendida por los disturbios, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había mostrado su «admiración» por las protestas propalestinas en un mitin del PSOE en Málaga. Sus palabras, que han generado una fuerte controversia, han sido utilizadas por la oposición para responsabilizarlo directamente del desenlace caótico de la carrera.

En el acto, al que asistieron personas con banderas de Palestina, Sánchez expresó su «reconocimiento y respeto» por los ciclistas, pero también su «admiración a un pueblo como el español que se moviliza por causas justas como la de Palestina».

El presidente también arremetió contra la oposición, a la que criticó por no pronunciarse sobre «la barbarie de Gaza». Sánchez defendió que, en el contexto internacional, «España hoy brilla como ejemplo y como orgullo» por su defensa de los derechos humanos. «Me siento orgulloso de ver un país tan plural como el nuestro… que nos ponemos todos de acuerdo en una causa justa como son los derechos humanos», añadió, con la frase «vivan los derechos humanos y viva el pueblo español».

Estas declaraciones se han convertido en el foco de la polémica. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y otros dirigentes del Partido Popular han acusado a Sánchez de «inducir» la violencia y de «alentar el boicot» a la Vuelta, lo que, según ellos, llevó al «ridículo internacional» de la suspensión. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, también señaló a Sánchez como «directo responsable» de los disturbios, lamentando que la violencia haya «reventado» el evento deportivo.

Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, publicó una carta en redes sociales donde califica lo ocurrido como un «ridículo internacional» y acusa a Sánchez de jactarse de las acciones de quienes «han lanzado vallas a la Policía» y han puesto en peligro a corredores y periodistas. «Yo no», zanjó Feijóo, aludiendo a la distancia entre su postura y la del presidente.

Las críticas se extendieron a otros miembros del partido. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, calificó el mensaje de Sánchez como «intolerable». Ayuso denunció que, en lugar de llamar a la convivencia, el presidente está «azuzando una situación» y utilizando el deporte para fines políticos. La dirigente madrileña también ha anunciado acciones legales para que «los autores de los actos violentos puedan ser castigados».

Por su parte, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se sumó a las críticas, lamentando que «la violencia ha vencido al deporte» y calificando los disturbios como una «imagen bochornosa» para el país. Almeida insistió en que el presidente del Gobierno es «responsable» del caos en las calles de la capital. La portavoz del PP en el Congreso, Ester Muñoz, también se pronunció, acusando al Gobierno de «alimentar la violencia» y de «polarizar» a la sociedad para mantenerse en el poder.

La cancelación de la etapa de la Vuelta se produjo después de que manifestantes propalestinos, que protestan por la ofensiva de Israel en Gaza, lograran bloquear al pelotón a su entrada en Madrid. Un dispositivo de seguridad de 1,500 agentes no fue suficiente para evitar que la carrera se detuviera y fuera anulada, provocando la reacción unánime de la oposición.

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