Polo niega un «apagón» informativo, pero confirma demoras en la alerta de la dana

Miguel Polo, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), defendió este viernes la actuación de su organismo tras testificar por cerca de ocho horas en la investigación judicial sobre la dana de octubre de 2024. A la salida de los Juzgados de Catarroja, un visiblemente agotado Polo negó categóricamente que la CHJ hubiese incurrido en un «apagón informativo», pero sí expresó su «sorpresa» y desacuerdo con las «demoras» del centro de coordinación (Cecopi) para emitir la alerta masiva a la población. Es más, reconoció que se enteró de la crecida del barranco del Poyo cuando ya había muertos.

Tras una declaración a puerta cerrada que calificó de «larguísima», Polo atendió a los medios para matizar las informaciones. El responsable de la CHJ aseguró que su organismo «estuvo dando información en todo momento» a través del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), a pesar de que la pantalla del Cecopi se había «fundido a negro» para quienes intervenían telemáticamente.

Polo aclaró que la información crucial que la CHJ puso a disposición de Emergencias fue la pluviométrica, esencial para «anticipar una riada» y que reflejaba la inminencia de inundaciones, especialmente en la zona de Forata. Fue en base a estos datos que la Confederación solicitó el envío de mensajes a Real y Montroi para que la población se refugiara en «pisos altos». El presidente enfatizó que la información técnica del CHJ fue trasladada al Cecopi y asumió que esta se estaba «teniendo en cuenta».

La alerta

El punto más polémico de las declaraciones de Polo giró en torno al envío de los avisos a la población. El presidente de la CHJ reveló que propuso en dos ocasiones en la reunión del Cecopi la tarde de la dana que se activaran los avisos masivos.

La primera propuesta se hizo «muy al principio» de la reunión, en torno a las 17:30 horas. Por ello, la «sorpresa» en el seno de la Confederación fue mayúscula al constatar que a las 19:00 horas, tras un receso, aún no se había enviado ninguna alerta. «En la Confederación Hidrográfica del Júcar gritamos para que lo envíen», afirmó Polo, criticando no haber entendido las «demoras» del Cecopi en ese momento.

Polo concluyó que el hecho de que posteriormente se transmitiera que los avisos se enviarían a toda la provincia, y no solo a las comarcas inicialmente propuestas (Hoya de Buñol y Ribera Alta), demostraba que el Cecopi «manejaban otro tipo de información» que iba más allá de lo reportado por la CHJ. La investigación judicial continúa buscando determinar si hubo fallos de coordinación o información que contribuyeran a la magnitud de la tragedia.

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