València rinde homenaje a su «fortaleza» en un 9 d’Octubre marcado por la lluvia y la crítica política

El Ayuntamiento de València conmemoró el 9 d’Octubre con una ceremonia de urgencia y bajo techo. La tradicional Procesión Cívica fue cancelada una hora antes de su inicio habitual tras la confirmación de que la AEMET no rebajaba el aviso naranja por lluvias, dejando al Salón de Cristal como único escenario para el homenaje institucional.

El pequeño acto solemne se centró en la fortaleza y resiliencia del pueblo valenciano, devolviendo la Reial Senyera al Museo Histórico Municipal tras la interpretación de los himnos regional y estatal. La asistencia incluyó a la corporación municipal al completo y a la Fallera Mayor de 2025 y su Corte de Honor.

La alcaldesa Mª José Catalá (PP) calificó la jornada como un «9 d’Octubre tan atípico», remarcando que se produce tras un año «difícil» marcado por la catastrófica dana de octubre pasado y, ahora, por la lluvia que también deslució las últimas Fallas. Catalá se apoyó en el himno regional, que cumple cien años, para infundir optimismo: «Saldremos y nos levantaremos. Nuestro himno ha cobrado más sentido que nunca, especialmente la parte que dice ‘valencians, en peu alcem-se’,» declaró, haciendo hincapié en la necesidad de alzarse «a pesar de la adversidad, de la dificultad de la dana, de todas las cicatrices que quedan».

La primera edil insistió en que la cancelación de la Procesión Cívica respondía a «reglas no escritas» de la ciudad, ya que «estos actos nunca se aplazan» (como la Ofrenda o el Día de Sant Vicent), un código histórico que la alcaldía respeta. Destacó, además, el «ejemplo de dignidad» de la Fallera Mayor y su Corte de Honor por «resistir» el mal tiempo tanto en Fallas como en este 9 d’Octubre.

Homenaje a las víctimas y polémica

El momento más simbólico de la ceremonia lo protagonizó el portavoz socialista, Borja Sanjuán, que ejerció como portador de la Senyera. Sanjuán lució un discreto bordado con el número ‘229’ en su americana, en alusión a las víctimas mortales de la dana, y lo explicó ante los medios como un acto de presencia: «He decidido que era el momento de llevarlo para que las personas que no están por la negligencia de Carlos Mazón [‘president’ de la Generalitat] estén presentes».

El portavoz socialista contrapuso la suspensión del acto de hoy con la gestión de la tragedia anterior, señalando que la «nota positiva» del día sería que se demuestre que el pueblo de València se cuida, «si de verdad se hubiera tenido tanta atención a las alertas hace un año como se han tenido ahora».

Por su parte, la portavoz de Compromís, Papi Robles, lamentó la jornada, calificándola como «un día triste» por no poder disfrutar de una celebración pública, aunque afirmó que los valencianos han demostrado este año «más que nunca nuestra capacidad de resurgir como pueblo.»

Te Deum atípico

El acto del Te Deum en la Catedral de Valencia, celebrado este 9 d’Octubre como la única ceremonia institucional destacada de la jornada, tuvo una ejecución insólita debido a las suspensiones por la alerta meteorológica. Tal como estaba previsto tras la cancelación de la Procesión Cívica, la Senyera Municipal no salió del Salón de Cristal. En su lugar, la bandera tricolor de Lo Rat Penat presidió el acto. Esta bandera fue portada por directivos de la entidad y la Regina dels Jocs Florals, no por la alcaldesa (quien sí asistió, acompañada por el portavoz del PP, Juan Carlos Caballero).

Debido a las condiciones climáticas, el tradicional recorrido fue sustituido por una «procesión claustral», una fórmula adaptada que implicó un breve recorrido por el interior de la Seo, similar a las ceremonias religiosas realizadas durante la pandemia.

El arzobispo Enrique Benavent elevó el tono de su mensaje, enfocándose en la superación de la preocupación y la división. «Este es un día de alegría y felicidad, aunque desgraciadamente no se haya podido celebrar plenamente. Y lo que pido es que sea eso: que en los próximos [años] lo podamos vivir con alegría», declaró Benavent.

El arzobispo expresó el deseo de que, al acercarse el 9 d’Octubre, el pueblo valenciano pueda prepararse para la fiesta «sin el miedo a lo que pueda pasar en la calle». Concluyó su intervención con un firme llamamiento a la concordia: «Eso sería una señal de que queremos ser un pueblo que trabaja para que las diferencias no se conviertan en divisiones. Si lo conseguimos, si luchamos por ello, todos los años celebraremos con alegría esta fiesta tan importante y tan querida por todos los valencianos».

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