Trump utiliza la firma de la paz en Gaza para relanzar la presión del 5% del PIB sobre España

El escenario diplomático de la Cumbre de Paz de Sharm el Sheij, convocada bajo el lema «Paz 2025» para sellar el acuerdo entre Israel y Hamás, ha sido testigo de un insólito y breve deshielo entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro español, Pedro Sánchez.

El encuentro, que tuvo lugar este lunes en la localidad egipcia, se produjo apenas cuatro días después de que Trump amenazara públicamente con sacar a España de la OTAN por su baja contribución al gasto en Defensa. Sin embargo, en un giro propio de la diplomacia de Trump, el saludo fue de «normalidad absoluta», según fuentes de La Moncloa, que lo calificaron de «amistoso, cordial y educado».

La tensión generada por las declaraciones de Trump, a las que el Gobierno español contestó asegurando ser un «socio leal y de pleno derecho» de la Alianza Atlántica, se disolvió en un encuentro de apenas 15 segundos. Las imágenes de vídeo capturaron el primer saludo físico entre ambos mandatarios desde el regreso de Trump a la Casa Blanca: un apretón de manos con sonrisa por parte del estadounidense y un ligero tirón del brazo de Sánchez, que a su vez posó brevemente su mano sobre la espalda del americano.

Más significativo fue el comentario posterior de Trump ante el resto de líderes de la cumbre. Mientras lanzaba mensajes positivos a los mandatarios, el presidente de EE. UU. buscó a Sánchez para referirse directamente a la polémica: «¿Dónde está España?», preguntó al girarse. «Nos acercaremos, nos acercaremos. Qué fantástico trabajo el que estáis haciendo», afirmó en alusión directa a la controversia sobre el aumento al 5% del PIB en gasto de defensa que su Administración exige. Con este tono minimizador, Trump parece abrir una vía al entendimiento con España, dejando atrás las amenazas no solo de expulsión de la OTAN, sino también los duros aranceles que había planteado y posteriormente ignoró.

Gaza: Éxito diplomático

El clima de la cumbre estaba dominado por la histórica firma del acuerdo de paz para el fin de la guerra en la Franja de Gaza. Los representantes de los países mediadores —Estados Unidos, Qatar, Egipto y Turquía— sellaron el pacto, que incluye 20 puntos clave para la resolución del conflicto.

Trump, que impulsó personalmente el acuerdo entre Israel y Hamás, fue la figura central del evento. El presidente de EE. UU. llegó a Egipto con retraso tras una visita previa a Israel, donde se dirigió al Parlamento para asegurar que el pacto representa el comienzo de «la era dorada de Israel y Oriente Próximo».

Paralelamente a la cumbre, la Franja de Gaza completó la parte más sensible del acuerdo humanitario: Hamás finalizó esta mañana la entrega de los últimos 20 rehenes israelíes que permanecían con vida. Todos ellos se encuentran ya a salvo en territorio israelí, donde cientos de personas se congregaron en Tel Aviv para seguir la operación. A cambio de la liberación total de los rehenes, Israel ha comenzado la excarcelación de decenas de presos de los cerca de 2.000 que liberará bajo el pacto. Aunque el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, finalmente no acudió a Egipto, sí aseguró que la labor de Trump ha sido «determinante para la vuelta de los rehenes».

La Cumbre, organizada por Egipto, no solo ha supuesto un hito en la diplomacia de Oriente Próximo con la firma del plan de paz, sino que también sirvió de telón de fondo para el reinicio, aunque forzado, de las relaciones al más alto nivel entre Washington y Madrid.

Imagen: Pool Moncloa/ B.P. de la Bellacasa.

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