El ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Andrés Romera, ha mostrado su preocupación por la incertidumbre que rodea el futuro de la planta de Ford en Almussafes, señalando que aún no existe una definición clara del nuevo prototipo que la compañía planea fabricar. Según ha explicado, sin un modelo concreto ni una hoja de ruta industrial definida, resulta imposible planificar la cadena de montaje o realizar pruebas efectivas, lo que genera “una sensación de irrealidad” en torno al proyecto.
Romera ha sido contundente al afirmar que no se deben conceder más ayudas públicas a fondo perdido mientras no se presente un plan detallado de viabilidad. Ha instado a las administraciones a “plantarse” hasta que Ford aclare cuál será su verdadero compromiso con la factoría valenciana. En este sentido, ha recordado que la empresa renunció al PERTE del vehículo eléctrico impulsado por el Gobierno central, argumentando retrasos en su calendario de desarrollo, una decisión que el ingeniero considera “sospechosa” y que evidencia la falta de planificación real.
El experto ha comparado la situación con la estrategia de Stellantis, que trabaja en el diseño de un modelo compacto para competir con los fabricantes chinos, más adaptado a la demanda del mercado europeo. A su juicio, el silencio de Ford sobre su futuro producto y su estrategia industrial “genera desconfianza y resta competitividad al sector automovilístico español”.
En relación con el puerto de València, Romera ha puesto en valor su papel en el comercio mediterráneo, pero ha advertido que otros enclaves como Tánger están ganando terreno rápidamente. Ha señalado que la historia demuestra que los puertos que no evolucionan acaban perdiendo protagonismo, recordando los casos de Róterdam o Sevilla, esenciales en su momento por su capacidad de adaptación.
El ingeniero ha defendido que la tecnología será la clave para mantener la competitividad portuaria, destacando el potencial de la inteligencia artificial para reducir tiempos de estancia de los buques y optimizar las operaciones de descarga. Asimismo, ha subrayado que la propulsión con hidrógeno ya es una realidad en parte de la maquinaria portuaria, un paso decisivo hacia un modelo energético más limpio y sostenible.
Romera ha concluido que tanto la industria automovilística como la portuaria valenciana necesitan transparencia, planificación y apuesta tecnológica, tres factores imprescindibles para garantizar su futuro en un contexto global cada vez más exigente.
