El 28 de octubre de 2024 era lunes. La semana era importante para el Consell y para las Cortes Valencianas. El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, y su equipo estaban a punto de sacar adelante los presupuestos de 2025. Se iniciaba así, un trámite legislativo en tiempo y forma, con acuerdos con Vox. La legislatura marchaba por una senda institucional sin demasiados sobresaltos. El propio Mazón venía de darse un baño de masas en el callejón de la plaza de toros de Valencia el día del 9 d’ Octubre, festividad de la Comunitat, junto con el exvicepresidente y extorero, Vicente Barrera, y acompañados del contante Francisco. Al día siguiente todo saltó por los aires.
Mazón y sus más estrechos colaboradores se enfrentan a la semana marcada en rojo en el calendario desde hace casi dos meses. El Gobierno de España planteó a principios septiembre que el funeral de Estado por las víctimas de la dana se celebraría mañana, con la asistencia de los Reyes, Felipe VI y doña Letizia. Coincidiendo con el aniversario de la devastadora dana, que arrasó casi media provincia de Valencia, el Palau de la Generalitat asume que el president será el «blanco constante» de una ofensiva política y mediática sin precedentes, pero la estrategia está definida: resistir los ataques, asumiendo que la supervivencia a esta tormenta mediática equivale a una victoria.
«Si sobrevivimos al infierno, ganamos», es la consigna que, según fuentes de Presidencia, guía la acción del equipo de Mazón, quienes esperan un «bombardeo por tierra, mar y aire» durante los días clave del aniversario.
La presión no solo proviene del habitual enfrentamiento con el Gobierno central. El equipo de Mazón anticipa que será el «blanco constante de la maquinaria sanchista» —a la que describen como una «apisonadora»—, sino también de «parte de los sectores conservadores de Madrid» que, de forma soterrada, han reclamado la «cabeza del presidente de la Generalitat Valenciana», desde el Grupo Vocento, Atresmedia o Libertad Digital.
La confianza en la estrategia de «aguantar el chaparrón» se basa en la capacidad de resistencia que Mazón ha demostrado durante el último año. Según su equipo más cercano, al president le han dado por «dimitido en innumerables ocasiones» en Madrid y Valencia. Señalan que ha superado «varios ‘match ball'» y situaciones que parecían «sin salida», incluso ante «informaciones que parecían la puntilla». Como ejemplo de esta capacidad de aguante, Presidencia recuerda que, en seis meses, las encuestas han evolucionado «de dar al PP como perdedor de la Generalitat a ganador».
La izquierda, recuerdan las fuentes, «falló» en sus previsiones que situaban su dimisión antes de Fallas, en julio (ligándola al cobro de la «paga» de expresidente) o antes del 9 d’Octubre. Mazón, señalan, «ahí sigue un año después».
El «fuego cruzado» y el factor mediático
El aniversario ha arrancado ya con un intenso «fuego conservador», como la «demoledora portada de ABC pontificando que la mayoría del PP pide su dimisión», y con la repetición constante de consignas marcadas por el propio Pedro Sánchez el domingo, relata el entorno de Mazón.
En el horizonte, el equipo del president tiene marcados en rojo los «especiales de La Sexta y de TVE» que se anuncian «a cara de perro», y el foco mediático de los actos de homenaje, donde se asume que «el sanchismo, en su estrategia de utilización de la tragedia, puede tener preparado un buen show», incluyendo la posibilidad de que «víctimas dirigidas por Rosa Álvarez se encaren con el propio Mazón ante las cámaras de toda España».
A pesar de la virulencia esperada, las fuentes del Palau consideran que la mayoría de los ataques no aportan elementos nuevos. La manifestación del aniversario, por ejemplo, «no sumó más gente de la calle que hace un año sino que perdió la mitad de asistentes» en el esfuerzo de movilización de la izquierda. Incluso los supuestos escándalos, como la polémica sobre «si Mazón acompañó a Maribel Vilaplana al parking», son desestimados por su entorno: «qué más da tres minutos que se tarda en eso», restándole relevancia al «relato de ese día».
La conclusión es una apuesta por la resistencia: se asume que el «29 de octubre el presidente será la pieza de caza mayor». La clave para su equipo es «recibir los disparos y aguantar». Si se logra superar la semana marcada en rojo, «se puede llegar al final de la legislatura y ahí ya veremos». Por ahora, el presidente Mazón «ha demostrado una capacidad de aguante. Y ha salido».



