Después de meses marcados por la escalada de tensiones y las represalias arancelarias, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, han protagonizado un significativo acercamiento diplomático. Su reunión, la primera en seis años, celebrada en la ciudad surcoreana de Busan, ha concluido con una serie de acuerdos que buscan estabilizar las relaciones económicas bilaterales que se enturbiaron en abril.
El encuentro, que se extendió por cerca de 100 minutos, comenzó con un tono notablemente positivo. «Es un gran honor estar con mi amigo, realmente desde hace tiempo, si lo piensas, el muy, muy distinguido y respetado presidente de China», comentó el magnate, elogiando a Xi como «un gran líder de un gran país». Por su parte, el líder chino señaló que era un placer volver a verse y reconoció que, aunque «no siempre estamos de acuerdo», los recientes altibajos en las relaciones han proporcionado «algunas lecciones para ambas partes», instando a evitar «caer en un círculo vicioso de represalias mutuas».
A bordo del Air Force One, de regreso a Washington, el presidente Trump ofreció un resumen optimista de lo pactado, calificándolo como un «encuentro increíble». El mandatario republicano destacó que se había «solucionado» el tema de las tierras raras, un punto de conflicto vital para la industria global. Según detalló, el gobierno de Pekín accedió a retrasar por un año sus restricciones a la exportación de estos materiales estratégicos. «Todo el asunto de las tierras raras se ha solucionado», afirmó, enfatizando que era una «situación que afectaba a todo el mundo, no solo a Estados Unidos». Como gesto de buena voluntad recíproca, Washington anunció la reducción inmediata de los aranceles impuestos en febrero a los productos chinos, pasando del 20% al 10%, debido al tráfico de fentanilo.
La parte china, mediante un portavoz de Comercio desde Pekín, confirmó los compromisos mutuos de desescalada. Estados Unidos se ha comprometido a suspender durante 12 meses la ampliación de la lista de entidades sometidas a controles de exportaciones, una medida introducida en septiembre que había desatado la indignación de China. En consecuencia, China también pondrá en un limbo las restricciones de control de exportaciones anunciadas el 9 de octubre.
Ambas potencias se han comprometido a dejar en pausa por un año las nuevas tarifas portuarias recíprocas que se habían introducido un par de semanas antes.
Comercio y tecnología
Más allá de la desescalada arancelaria, el encuentro generó acuerdos concretos en otras áreas. El portavoz chino de Comercio aseguró que se han alcanzado consensos sobre «la cooperación antidrogas en materia de fentanilo», la ampliación del comercio agrícola y el tratamiento de casos empresariales específicos. En este marco, el presidente Trump anunció que China comenzará a comprar grandes cantidades de soja estadounidense. En el ámbito tecnológico, se recupera el marco de entendimiento para la venta de la popular red social de vídeos china TikTok en Estados Unidos, un acuerdo previamente pactado por los negociadores comerciales de ambos países en Madrid.
Finalmente, los líderes abordaron temas geopolíticos. Respecto a la guerra en Ucrania, el presidente estadounidense indicó que «vamos a trabajar juntos para ver si podemos hacer algo». Trump también anunció que realizará una visita oficial a China el próximo mes de abril.
La reunión, que comenzó en torno a las 11:00 de la mañana, hora local, parece haber abierto una ventana de oportunidad para una relación más estable, siempre y cuando las dos principales economías del mundo logren mantener el rumbo correcto que, según el líder chino, debe evitar el «círculo vicioso de represalias».
Imagen: Donald J. Trump, presidente de EEUU, y Xi Jinping, presidente de la República Popular de China, participan en una reunión bilateral en el Salón del Pueblo en Pekín (9/11/2017). Foto: Shealah Craighead / Official White House.
