La economía sumergida se ha puesto bajo el foco de un análisis profundo que trasciende lo meramente económico o jurídico. La Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) acogió hoy la presentación del estudio «Economía sumergida: una perspectiva ética. Construyendo confianza y cohesión social», un trabajo de la Fundación Étnor que concluye que el problema se combate con valores, más que solo con leyes.
La directora académica de Étnor, la catedrática Adela Cortina, inauguró la jornada advirtiendo que «cada acto de fraude o de incumplimiento mina la confianza común, erosiona el bien público y debilita los lazos que sostienen nuestra convivencia». Para Cortina, la evasión de responsabilidades es «una cuestión ética» porque «sin confianza ni justicia no puede haber progreso económico ni social sostenible». El estudio, impulsado por la propia CEV, destaca que la falta de ejemplaridad pública, la desconfianza en las instituciones y la permisividad social son raíces estructurales del fenómeno.
Por su parte, el presidente de la CEV, Salvador Navarro, si bien compartió la reflexión ética, hizo un llamamiento a la acción inmediata. Navarro afirmó que «creemos que es momento de actuar, de impulsar cambios reales desde todos los ámbitos». Desde el sector empresarial, la CEV apuesta por reforzar la transparencia, visibilizar las buenas prácticas y simplificar el marco fiscal y administrativo, argumentando que solo con «un entorno más claro, ágil y competitivo podremos hacer más atractiva la economía formal».
Navarro enfatizó que la lucha contra el fraude no es exclusiva de Hacienda o la Inspección de Trabajo, sino una «responsabilidad compartida que nos interpela a todos». El empresario pidió «pasar del reproche a la corresponsabilidad y fomentar una ciudadanía activa que entienda que contribuir y cumplir es construir bienestar común. Ese es el camino ético y práctico hacia una economía más justa y sostenible».
Medidas Propuestas: Ética Cívica y Compromiso
El estudio, coordinado por José Félix Lozano, subraya que la economía sumergida no solo aumenta la desigualdad y debilita los servicios públicos, sino que, de forma más grave, «mina la confianza, que es el capital moral imprescindible de toda sociedad cohesionada». Los autores plantean un núcleo propositivo centrado en la reconstrucción de la confianza y la promoción de la ética pública:
- Fomentar la educación cívica y ética en todos los niveles.
- Impulsar la ejemplaridad institucional y empresarial.
- Promover alianzas entre empresas, administraciones y sociedad civil.
En la clausura, Pedro Coca, presidente de la Fundación Étnor, hizo eco de las palabras del empresario Juan Roig: «los empresarios tenemos que pagar impuestos, pero es importante que los que gestionan el dinero público deben hacerlo con responsabilidad». La jornada ratifica el papel de Étnor en poner el altavoz a los temas sociales y éticos de mayor preocupación para la sociedad valenciana.



