El ingeniero de caminos, canales y puertos Andrés Romera ha advertido de la necesidad urgente de reforzar los sistemas de control y prevención ante episodios de lluvias extremas, especialmente en zonas mediterráneas cada vez más expuestas al impacto del cambio climático. Romera señaló que la gestión del barranco del Poyo durante los últimos episodios de fuertes precipitaciones podría haberse realizado de forma más eficaz si se hubieran instalado sensores adecuados en las zonas críticas. “El control del barranco del Poyo se podría haber hecho con aspectos técnicos, con caudalímetros en las zonas altas y medias, y no solo con el que tenía cerca de l’Albufera, que no tiene ningún sentido porque de normal las tormentas fuertes se producen en la montaña”, afirmó.
Romera advirtió que la magnitud de las actuaciones necesarias para proteger el territorio supera los 450 millones de euros, aunque recordó que la falta de medidas básicas sigue siendo un problema más urgente. “Se necesitan más de 450 millones de euros para hacer una actuación a fondo, pero esta nueva precipitación se puede dar en otras zonas del Mediterráneo, que son una zona de acumulación que se retroalimentarán con el calentamiento del mar. Por ello, se debe pensar en un plan integral y lo más barato, que es poner controles, no se está haciendo”, lamentó.
El ingeniero insistió en que estos fenómenos pueden repetirse en un corto periodo de tiempo y reclamó priorizar la protección de la población y de los municipios. “Los fenómenos se pueden repetir en poco tiempo y se debe gastar el dinero en salvar vidas y salvar a los municipios”, subrayó.
Romera defendió que la única forma eficaz de reducir el impacto de las inundaciones es invertir en prevención, control y planificación territorial. “Hemos de aprender que la prevención es lo mejor que se puede hacer, controlando los caudales que nos pueden venir y trabajando sobre aquellos territorios inundables. Son mapas que ya deberían estar hechos y controlar ahí el presente y el futuro para minimizar el impacto”, señaló.
También denunció que muchos ríos siguen sin disponer de sistemas de control en cabecera, limitándose únicamente a tener pluviómetros. “Los ríos que no tienen embalse cerca no tienen unos caudalímetros en aguas arriba, sino que solo tienen pluviómetros de la cantidad que caía. Por lo tanto, hay que invertir más en la prevención con los mecanismos correspondientes y más adecuados para cada zona”, concluyó.
Las declaraciones de Romera ponen de relieve la necesidad de una estrategia coordinada que permita anticiparse a fenómenos cada vez más recurrentes y violentos, reforzando la seguridad de los municipios y reduciendo su vulnerabilidad ante futuras inundaciones.



