Hoy le tocaba acudir al juzgado de Catarroja al secretario autonómico en funciones y jefe de gabinete de Carlos Mazón, que mañana dejará se ser presidente en funciones de la Generalitat Valenciana. El hombre de máxima confianza Mazón, José Manuel Cuenca, compareció este miércoles ante la jueza que instruye la causa penal por la dana que golpeó la región en octubre de 2024, dejando un trágico saldo de 229 muertos. Tras casi cinco horas de declaración, Cuenca no solo defendió la actuación del president, sino que confirmó los detalles de la agenda política que Mazón mantuvo el 29 de octubre, incluyendo una polémica comida con la periodista Maribel Vilaplana.
La testifical de Cuenca, que también ostenta el cargo de secretario autonómico del Gabinete del president y de Comunicación, era una de las más esperadas en el marco de la investigación judicial. Su testimonio, crucial para determinar la ubicación y las decisiones tomadas por el jefe del Consell durante las horas más críticas de la emergencia, estuvo marcado por la controversia sobre la pérdida de pruebas digitales clave.
La Agencia EFE, citando a fuentes conocedoras de la testifical, informó de que Cuenca, responsable directo de la agenda del president de la Generalitat, había justificado la ausencia de Mazón en el Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI). Según su relato, la entonces consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, era quien les mantenía al corriente de la evolución de la emergencia a nivel técnico.
La declaración se prolongó durante buena parte de la mañana, extendiéndose hasta las 14:15 horas. A su salida de los juzgados, Cuenca se limitó a expresar su deseo de que «esto se aclare lo antes posible». Acompañado por el director general de Proyectos Estratégicos, José Luis Díez, el jefe de gabinete mantuvo la reserva debida a la causa, asegurando que había respondido «a todas las preguntas» formuladas por la jueza, el fiscal y las acusaciones particulares.
Los mensajes perdidos
La parte más polémica del testimonio de Cuenca fue la confirmación de la pérdida de todos los mensajes de WhatsApp que intercambió el 29 de octubre con el president Mazón y otros altos cargos del Consell. Cuenca argumentó que la pérdida se debía a un cambio de teléfono móvil que realizó en julio y a la falta de una copia de seguridad posterior a esa fecha. Esto resultó en la desaparición de entre «nueve y doce meses de mensajes perdidos».
Esta revelación ha caído como una bomba en el ámbito judicial, ya que los mensajes de texto y voz intercambiados en el núcleo duro de Presidencia eran considerados una prueba fundamental para reconstruir la cronología exacta de las decisiones, las advertencias y el nivel de conocimiento del president sobre la gravedad de la catástrofe a lo largo de aquel fatídico día. La ausencia de este rastro digital complica significativamente la tarea del juzgado de determinar si hubo o no una negligencia o inacción en la respuesta institucional, especialmente porque Cuenca es una figura que, además de ser el jefe de gabinete, comparte piso con el president Mazón en Valencia, lo que lo sitúa en una posición de conocimiento constante y directo de los movimientos del jefe del Consell.
La declaración de Cuenca también arrojó luz sobre los movimientos y la agenda de Mazón mientras el temporal se recrudecía. Así, admitió ante la jueza que fue él quien agendó la comida con la conocida periodista Maribel Vilaplana la tarde del 29-O. Según fuentes conocedoras de su declaración, el encuentro formaba parte de una ronda de reuniones que Mazón estaba manteniendo con «otros tres o cuatro candidatos a dirigir À Punt» (la radiotelevisión pública valenciana). Esta admisión confirma que, en pleno apogeo de la emergencia de nivel 2 y la activación de la Unidad Militar de Emergencias (UME), el president mantuvo reuniones de corte político y estratégico ajenas a la crisis.
El jefe de gabinete aseguró que en todo momento tenía «perfectamente localizado» a Mazón y que fue él quien ordenó la reserva del lugar, «El Ventorro», ya que es su responsabilidad la gestión de la agenda presidencial desde julio de 2023.
A pesar de la polémica cita, Cuenca defendió la intención del president de estar presente en la zona cero. Declaró que tanto él como Mazón tenían la voluntad de desplazarse a Utiel, donde estaba previsto montar el Puesto de Mando Avanzado (PMA). El plan era ir allí, y «no al Cecopi» (la sala de crisis de la Conselleria en L’Eliana).
La intención de ir a Utiel, sin embargo, se frustró. Cuenca testificó que la entonces consellera Salomé Pradas les informó que era imposible acceder al municipio debido a las graves inundaciones, que incluso impidieron a la UME montar su puesto de mando en Utiel y acceder con sus efectivos.


