jueves, 27 de noviembre de 2025

Marta Álvarez dejará la presidencia de El Corte Inglés tras reducir la deuda y disparar los beneficios

Cambios de cromos. Una hermana por otra. El Corte Inglés se encuentra en una encrucijada de liderazgo tras la inesperada renuncia de Marta Álvarez a la presidencia, apenas cuatro meses después de haber renovado su mandato. Aunque la compañía atribuye la decisión a motivos personales, este movimiento se suma al reciente cese del consejero delegado, generando interrogantes sobre la estabilidad y la dirección del gigante de la distribución justo cuando atraviesa su mejor momento financiero en más de una década.

La salida de Álvarez del puesto de máxima representación ocurre en un contexto de bonanza económica para el grupo. El Corte Inglés ha conseguido reducir su deuda a niveles históricamente bajos y registra un EBITDA que no se veía desde 2007. Sin embargo, los cambios en la cúpula directiva en un periodo tan breve obligan al sector y al mercado a preguntarse si el plan estratégico de 3.000 millones de euros hasta 2030, recién anunciado, cuenta con el liderazgo cohesionado que requiere. Álvarez dejará el puesto en enero de 2026 tras reducir un 40% la deuda de la mercantil y aumentar los beneficios un 52%.

La marcha de la presidenta, justo cuando la organización debería mostrar una máxima cohesión para iniciar un proyecto tan ambicioso, genera dudas legítimas. En el mundo empresarial, el cambio de timonel en pleno inicio de una travesía obliga a cuestionar si el rumbo trazado era tan firme como se había comunicado o si las presiones internas estaban forzando una corrección de trayectoria.

El núcleo del cambio se centra en la designación de la nueva líder. La hermana de la presidenta saliente, Cristina Álvarez, toma el relevo, pero lo hace bajo la figura de una presidencia no ejecutiva. Este detalle es crucial: su función principal será la de representación institucional y simbólica, asegurando la continuidad del proyecto desde la perspectiva familiar, pero sin inmiscuirse en las decisiones de negocio diarias. Con este esquema, el poder ejecutivo y la responsabilidad de llevar a cabo el complejo plan estratégico recaerán íntegramente sobre el nuevo primer ejecutivo, Santiago Bau.

Este esquema de doble mando, que diferencia la propiedad de la gestión profesional, es habitual en grupos familiares de gran tamaño. No obstante, conlleva el reto de mantener un equilibrio delicado. Si las fricciones internas, la urgencia por modernizar las estructuras o las dinámicas del mercado ejercen demasiada presión sobre la nueva dirección, esta falta de una única cabeza ejecutiva al frente podría desestabilizar el proyecto. La pregunta fundamental es si esta separación de roles podrá garantizar la visión unificada y el liderazgo firme que exige un plan de tal envergadura. El modelo sugiere, a ojos externos, una balanza que debe ser vigilada constantemente para no caer ante el menor peso.

El Horizonte 2030

El Corte Inglés inaugura esta nueva era justo cuando debe abordar transformaciones críticas que no admiten aplazamientos. La transición al ecosistema digital, la adaptación a las nuevas conductas del consumidor y la intensa competencia de los gigantes globales del comercio electrónico sitúan al grupo en una coyuntura decisiva.

El plan estratégico está diseñado para fortalecer pilares como las marcas propias y la eficiencia logística. Sin embargo, para que un proyecto de 3.000 millones de euros se materialice con éxito, no basta con la inversión; se requiere una dirección capaz de sostener la visión a largo plazo.

Aunque la sucesión entre hermanas parece transmitir un mensaje de continuidad dinástica, dicha continuidad no necesariamente implica claridad operativa. El grupo ha tratado de proyectar una imagen de etapa «ordenada y estable», pero la realidad del sector rara vez es predecible. La verdadera estabilidad se logrará únicamente a través de decisiones empresariales consistentes, una gestión transparente y un liderazgo que inspire confianza en todos los niveles. Los próximos meses serán vitales para discernir si este cambio de guardia representa una transición estratégicamente inteligente o si es un mero intento de ganar tiempo en un entorno que exige acciones rápidas y sin ambigüedades. El buen desempeño de El Corte Inglés es esencial para la economía española, y su proceso de renovación requiere una estructura capaz de resistir cualquier turbulencia.

Imagen: Marta y Cristina. Cedida por la empresa.

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