El aplazamiento del sistema verifactu, la nueva herramienta destinada a reforzar el control de la facturación empresarial, ha sido recibido con alivio por parte de pequeñas y medianas empresas. Así lo explica Alberto Martínez, director del área pymes de Tbig Finance, quien considera que la medida llega en un momento especialmente delicado para los negocios de menor tamaño.
Martínez señala que el verifactu implicará un aumento significativo en las obligaciones tecnológicas de las compañías: “El verifactu es una cuestión de incrementar el control sobre la facturación de las empresas. Las grandes no tienen ningún problema porque pueden adaptar a su personal y a sus programas informáticos, pero las más pequeñas sí que sufren estos cambios en un momento donde todas las cosas están muy apretadas”.
Aunque celebra la decisión del Gobierno de retrasar su puesta en marcha, el directivo recomienda no bajar la guardia: “Celebro que se haya pospuesto, pero recomendamos que todo el mundo se vaya preparando para que no vuelva a pasar cuando se apruebe. La pyme o el autónomo son profesionales de lo suyo y todos los grandes cambios tecnológicos les pillan muy lejos”.
Martínez advierte de que muchas empresas no estaban preparadas para superar las exigencias técnicas del sistema: “Quien tiene un software de gestión se iba adaptando, pero la prueba de fuego era el 1 de enero donde podríamos haber visto un gran caos de facturación de muchas personas, porque no es solo subir el documento, sino cumplir una serie de conectores para que no te la devuelvan”.
Aun así, defiende el objetivo de la normativa y la necesidad de combatir la economía sumergida: “Los impuestos nos podrán parecer más o menos justos, pero sin ellos no tenemos un sistema de servicios necesarios para que la sociedad avance. Hemos de luchar contra la economía sumergida, pero hay que hacer fácil la vida a las empresas”.
Desde Tbig Finance, explica Martínez, trabajan para anticipar los problemas contables y financieros de las pymes y así evitar riesgos futuros. “En Tbig tratamos de diagnosticar dónde tienen un problema las pymes para poder anticiparnos y que se agrave cualquier cuestión que puede ser problemático. Los clientes, o bien porque no tienen una buena contabilidad o que no saben leer su balance, pueden tener problemas si no se hace un análisis exhaustivo para ver los puntos de dolor”.
El directivo subraya que muchas pequeñas empresas tienen potencial para crecer, pero carecen del apoyo financiero necesario. “Trabajamos en corregir esos problemas y que la cuenta de resultados sea lo más sana posible. Tengo dos empresas con la posibilidad de crecer muchísimo porque tienen la clientela, pero que son auténticos héroes y que cada día buscan sus fondos para aumentar su rentabilidad, pero no tienen muchas ayudas para la financiación”.


