jueves, 11 de diciembre de 2025

David Bisbal reúne a varias generaciones en su concierto de Navidad en el Roig Arena

El Roig Arena se convirtió en un punto de encuentro intergeneracional gracias al concierto navideño de David Bisbal, que reunió a más de 12.000 personas en una noche marcada por la emoción, los recuerdos y la energía contagiosa del artista almeriense. 

Este concierto se enmarca dentro de la gira «Todo es posible en Navidad«, que comenzó en Almería el pasado 15 de noviembre y que lo llevara a otras nueve ciudades de la geografía española, para terminar en Barcelona, el 23 de diciembre.

Aunque el espectáculo estaba previsto para las 20 h, el ambiente festivo comenzó mucho antes. Llegué a las inmediaciones del recinto bastante antes para observar la actividad previa y ya se veía una afluencia constante de público: jóvenes, adultos, personas mayores, familias enteras con niños pequeños. El público de Bisbal es, a estas alturas, una fotografía de sus mas de dos décadas de carrera, y anoche ese mosaico humano quedó perfectamente representado.

En la explanada exterior, junto a la consigna, se instaló la caseta de merchandising. Me acerqué por curiosidad. Mientras ojeaba camisetas y discos, a mi lado escuché a una niña preguntar:
Abuela, ¿esto qué es?
Señalaba con el dedo la funda de un vinilo del artista. La abuela, paciente, se lo explicó como un objeto de «su época”. No pude evitar reírme y añadí que también era de la mía, los tres terminamos riendo. La música, una vez más, unía generaciones antes incluso de empezar el concierto.

Puntual la orquesta con 20 músicos

Puntuales a la cita a las 20 h aparecieron en el escenario la orquesta, con cerca de una veintena de músicos que comenzó a tocar la intro y los primeros acordes de “Navidad junto a ti”, incluida en el último disco de David Bisbal de 2024 «Todo es posible en Navidad».

Poco después, con una escenografía con gigantes cortinajes y una gran escalera roja que daba cierto aire de musical clásico, perfecta para una noche especial, surgía Bisbal enfundado en un elegante esmoquin negro. Sobre su frente caían tres mechones de sus característicos rizos que le siguen dando ese aire rebelde y jovial.

Pese a haber actuado la noche anterior en Zaragoza, rebosaba energía. Tras “Todo es posible en Navidad”, enlazó con “No amanece” y “Esclavo de tus besos”, que encendieron a un público dispuesto a cantarlo todo desde el minuto uno.

Uno de los momentos más celebrados llegó con «Dígale”, cantada a viva voz por toda la grada, seguida por “El ruido” y “Quién me iba a decir”, temas indispensables en su repertorio. Después interpretó “Silencio”, uno de los clásicos que más emoción provocó en los asistentes.

El escenario se tiñó de fiesta con «Jingle Bell Rock”, que Bisbal cerró con un gran salto, desde la tarima hasta el sexto escalón de la gran escalera, gesto que desató aplausos y que marcó el final del primer bloque.

El toque valenciano, Un beso y una flor

Mientras David se cambiaba, la orquesta mantuvo el ambiente con un interludio, interpretando el tema «Un beso y una flor» del eterno Nino Bravo, que el público acompañó cantando con emoción. Justamente la última vez que David Bisbal actuó en Valencia, lo hizo en este mismo recinto y fue para el concierto inaugural homenaje a este gran artista valenciano.

Minutos después Bisbal reapareció en el escenario con un cambio de ropa, nuevamente con un impecable esmoquin de chaqueta blanca para premiar al público con su impecable interpretación de «Blanca Navidad”, en una estampa cinematográfica al más puro estilo James Bond.

En un momento tomó el micro para dirigirse al público confesando que, pese a intentar evitar todos los virus que atacan durante esta época, uno había logrado alcanzarlo. «Pero la música lo cura todo —dijo—. Y hay que seguir adelante”. El público respondió con cálidos aplausos.

El recital continuó con “Siempre te recordaré”, versión en español de «Always on my mind» mítico tema de Elvis Presley, el Rey del rock, que dedicó «a alguien especial que ya no está” con la mirada puesta en el cielo. Después llegó “Te deseo muy felices fiestas”, que introdujo el ambiente más cálido y sentimental de la noche.

Mi princesa fue el punto culminante de emoción

El punto culminante de emoción se dio con la canción «Mi princesa” cuando todo el público se puso en pie y la ovación posterior fue una de las más intensas del concierto.

A esas alturas de la noche, algunos fans aprovechaban las pausas para intentar acercarse al escenario, dos de ellos lo lograron y pudieron entregarle regalos en mano, regalos que Bisbal recibió con sonrisas sinceras y agradecimiento.

Durante el concierto David Bisbal habló sobre lo afortunado que era de volver a una tierra llena de músicos y donde tanto se ama la música. También se pronunció sobre lo feliz que estaba de haber podido grabar su último trabajo discográfico «Todo es posible en Navidad» como se hacía antaño grabado en Los ángeles con todos los músicos tocando a la vez en el estudio. Casi un privilegio hoy en dia.

Con “Si tú la quieres”, ya se fue desmelenando, se quitó la pajarita y minutos más tarde también se desprendió de la americana, gesto que el público celebró entre gritos cómplices.

Antes del gran bloque final interpretó “A partir de hoy”, que dio un respiro pop y encendió la parte más coreada del concierto.

Con una bandera de la Comunitat Valenciana al cuello, que le entregaron unos fans de la primeras filas, regaló una versión de “Corazón latino” e hizo bailar al Roig Arena con “Lloraré las penas” y “Bulería”, formando un tríptico explosivo. Al terminar, señaló al público y con gestos dijo: «Vosotros me dais fuerza a mí”. En ese momento el pabellón rugió.

Con Jonas Arcos cantó una estrofa de Los Peces en el río

Aunque por un momento parecía despedirse y el de Almería salía del escenario, aún quedaban tres temas para cerrar la noche. Tras un solo de guitarra de Sergio, uno de sus músicos, arrancó «Los peces en el río”. Bisbal regresó con una nueva americana esmoquin, en esta ocasión en terciopelo negro, y bajó a cantar cerca al público. En un momento espontáneo, cedió el micrófono al cantante valenciano Jonás Arcos, que se encontraba entre los asistentes y que cantó una estrofa del famoso villancico, recompensado con un enorme aplauso por parte del público

Después llegó el esperado “El burrito sabanero”, momento en el que David volvió a acercarse al público desde el foso la gente rápidamente formó un pequeño corro a su alrededor, disfrutando de un singular momento.

El cierre de tan especial noche quedó reservado para «Ave María”, su himno más icónico. Bisbal la cantó subiendo de nuevo la escalera central y, al terminar, lanzó un emocionado “¡Ay, mi Valencia!”.

Le siguió una lluvia de pirotecnia fría de escenario y su característico salto final, ya convertido en uno de sus sellos escénicos.

Aunque el público se quedaba con ganas y pedía más, a quince minutos para las 22:00h, las luces del Roig Arena se encendieron. En el ambiente quedaba una sensación compartida, la de haber asistido a un concierto que no solo celebra la Navidad, sino también una dilatada carrera capaz de unir a varias generaciones bajo la misma voz.

Textos y Fotos: Santino Alvárez

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