Javier Muñoz, coordinador de Innovación de la Universidad Europea de Valencia, destacó en el especial de El Intercafé durante el evento Smarts Meeting–Investors Day la importancia de transformar los espacios educativos para alinearlos con las necesidades del presente. Señaló que, aunque muchas instituciones siguen ubicadas en entornos propios del siglo XIX, hoy acogen disciplinas como Física, Ingenierías o Matemáticas, combinadas con el emprendimiento y la innovación, creando un contraste que impulsa la reflexión sobre la evolución académica.
Muñoz subrayó que el ecosistema universitario “no es aburrido”, pero insistió en la necesidad de estructurarlo adecuadamente para que funcione. En su opinión, el papel de las universidades pasa por acompañar a los alumnos —y también a los antiguos alumnos— en el desarrollo de sus proyectos, ofreciéndoles apoyo y las herramientas necesarias para convertir sus ideas en realidades tangibles.
En cuanto a la retención del talento, explicó que el primer paso es formar profesionales capaces de ser “ciudadanos del futuro”, dotándolos tanto de conocimientos teóricos como de competencias prácticas. La Universidad Europea de Valencia trabaja con una metodología que combina disciplinas, entendiendo que los entornos empresariales son cambiantes. Por ello, se plantean retos que requieren soluciones desde diversas perspectivas, fomentando la flexibilidad y la creatividad.
Muñoz insistió además en que la formación en su institución es continua y va más allá de los cuatro años de carrera. Para ello, cuentan con una amplia red de empresas que facilita la realización de prácticas y el contacto directo con todos los caminos profesionales que los estudiantes pueden desarrollar. Esta conexión constante con el entorno laboral es clave para su crecimiento.
Otro punto relevante fue la internacionalidad, que alcanza el 75%. Según explicó, muchas personas de Europa eligen Valencia como destino académico tanto por la variedad de disciplinas disponibles como por el ecosistema emergente que favorece la creación de nuevos proyectos. Esto convierte a la ciudad y a la universidad en un polo de atracción para jóvenes con vocación innovadora.
Finalmente, destacó que el 93% de los alumnos obtiene empleo durante el primer año tras finalizar sus estudios. Además, un 25% se lanza a emprender gracias a programas impulsados en colaboración con la universidad. Para Muñoz, estas cifras demuestran que se trata de un ecosistema sólido y eficaz, capaz de acompañar y potenciar nuevas iniciativas desde sus primeras fases hasta su desarrollo real.


