martes, 16 de diciembre de 2025

Andrés Romera, ingeniero: «El clima es cada vez menos estable y necesitamos recursos hídricos adaptados»

El ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Andrés Romera ha alertado sobre la creciente inestabilidad climática que se está registrando en España, con episodios de lluvias cada vez más intensos y concentrados en cortos periodos de tiempo, una tendencia que contrasta con las precipitaciones pausadas actuales, que considera especialmente beneficiosas tanto para el campo como para los embalses.

Romera explicó que el cambio en los patrones climáticos está provocando temporales de gran intensidad que concentran grandes volúmenes de agua en pocas horas, lo que incrementa el riesgo de inundaciones. Frente a ello, destacó que las lluvias suaves y continuadas permiten una mejor absorción del terreno, favorecen los cultivos y contribuyen a una recarga más eficiente de los pantanos.

En relación con la gestión hidráulica, el ingeniero subrayó que el escenario ideal es aquel en el que los embalses se llenan de forma progresiva. Una vez alcanzada su capacidad máxima, defendió que el desagüe se realice de manera constante y controlada, evitando impactos aguas abajo. En este proceso, recordó la existencia de comisiones de desembalsamiento que certifican y supervisan el funcionamiento habitual de estas infraestructuras y que, en situaciones extraordinarias, obligan a alertar previamente a la población.

Romera también se refirió al papel del subsuelo en la gestión del agua, señalando que existen terrenos permeables e impermeables que condicionan la formación y explotación de acuíferos. Según explicó, el agua de lluvia se filtra de manera natural, aunque también puede canalizarse mediante sistemas artificiales para derivarla de forma controlada y minimizar posibles efectos negativos.

En el ámbito energético, el ingeniero advirtió de las consecuencias socioeconómicas del cierre de la central nuclear de Almaraz. A su juicio, la clausura no solo pondría en riesgo los empleos directos de la instalación, sino que podría afectar a cerca de 4.000 puestos de trabajo indirectos, con un impacto notable en toda la comarca, altamente dependiente de la actividad que genera la planta.

Romera recordó que la central ha continuado produciendo energía de forma estable y que, tras su cierre, será necesario un proceso de almacenamiento temporal del combustible nuclear para que el material pierda parte de sus propiedades radioactivas y pueda ser tratado y manipulado con seguridad.

Finalmente, defendió el papel de la energía nuclear en el actual contexto energético, asegurando que cada vez más países apuestan por esta fuente por la estabilidad que aporta al sistema. Según señaló, la experiencia demuestra que se trata de una tecnología segura, respaldada por décadas de gestión de residuos de alta actividad que permanecen almacenados sin haber generado incidentes.

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