viernes, 19 de diciembre de 2025

Valencia redibuja su fachada marítima con un rascacielos y una gran zona verde en la Marina

El futuro ‘skyline’ de la capital del Turia ha empezado a fraguarse en los despachos del Ayuntamiento de Valencia. Hablamos de un lavado de cara a una parte de la fachada marítima, que ya sufrió una transformación radical entre 2004 y 2007 con las obras de la Copa del América. Eso sí, habrá que esperar al primer semestre de 2026 para que se licite un rascacielos que medirá 108 metros de altura. Con todo, no será el techo de la ciudad ya que la torre de Francia mide 115 metros con 35 alturas. Por su parte, la torre Ikon, en la avenida de las Cortes Valencianas, mide unos 110 metros, con 30 plantas. Las dos son de uso residencial y ahí está la diferencia con ‘Baluarte de la Marina’, que ya tiene nombre.

El consistorio y la Autoridad Portuaria han sellado esta semana un compromiso estratégico para transformar definitivamente la fisonomía de la fachada marítima de la ciudad. A través del Órgano de Cooperación Interadministrativa, la alcaldesa María José Catalá, y la presidenta de la Autoridad Portuaria, Mar Chao, han dado luz verde a una serie de inversiones que buscan integrar el puerto en la trama urbana y dotar a la Marina de nuevas infraestructuras de vanguardia. Esta alianza pretende recuperar espacios que habían quedado en desuso para convertirlos en polos de atracción económica y social bajo un modelo de gestión coordinada.

Uno de los pilares fundamentales de este plan es la urbanización del entorno del emblemático Edificio del Reloj, una actuación que dignificará más de 12.500 metros cuadrados para el tránsito peatonal. Con una inversión de dos millones de euros asumida íntegramente por Valenciaport, el proyecto contempla la eliminación de barreras visuales y la demolición del antiguo Edificio de la Copa para crear un gran pulmón verde junto al mar. La intervención reducirá el espacio destinado al tráfico rodado en la rotonda actual para priorizar itinerarios ciclistas y zonas de estancia ajardinadas, garantizando una conexión mucho más fluida y amable entre los barrios marineros y la dársena histórica.

30 plantas

Más allá de la regeneración paisajística, la reunión ha servido para iniciar los trámites administrativos de uno de los hitos arquitectónicos más ambiciosos de la década para la capital valenciana: el ‘Baluarte de la Marina‘. Se trata de una torre de uso terciario que alcanzará los 108 metros de altura y contará con 30 plantas destinadas a albergar oficinas, hoteles o establecimientos comerciales. Esta construcción, que podría movilizar una inversión privada superior a los 120 millones de euros, cambiará el perfil de la ciudad y se situará en una parcela estratégica entre la plaza de Las Horas y la antigua Estación Marítima, consolidando el nuevo horizonte urbano junto al futuro desarrollo del PAI del Grao.

Este impulso constructor se complementa con la estrategia de convertir la Marina de Valencia en un referente internacional del emprendimiento y la innovación tecnológica. Para ello, se ha avanzado en la licitación de un nuevo centro de innovación que ocupará la última base disponible en la zona, reforzando el ecosistema empresarial que ya se está consolidando en el entorno de los tinglados. Según han destacado las autoridades, este conjunto de medidas pone fin a años de estancamiento administrativo y permite que la ciudadanía recupere el corazón de su puerto como un espacio vivo, productivo y plenamente integrado en el día a día de la capital.

La ejecución de estas obras comenzará de forma inminente una vez concluya el derribo del Edificio de la Copa, una estructura heredada de la America’s Cup que actualmente supone un obstáculo para la continuidad del paseo (imagen anterior). Al despejar este terreno, se facilitará la integración paisajística de toda la plaza lateral, permitiendo que la nueva zona ajardinada luzca en todo su esplendor y conecte visualmente con el resto del puerto. Las autoridades han subrayado que esta intervención es solo el primer paso de un plan estratégico a largo plazo que sitúa al ciudadano en el centro de la gestión portuaria, devolviendo el protagonismo a los espacios abiertos y de recreo.

Finalmente, el proyecto presta una atención especial a la sostenibilidad ambiental y la conservación del patrimonio histórico, ya que el Edificio del Reloj goza de protección como Bien de Relevancia Local. Las nuevas zonas de estancia contarán con pérgolas de sombra y una renovación integral del alumbrado público mediante sistemas de alta eficiencia que reducirán la contaminación lumínica. De este modo, Valencia no solo busca modernizar su perfil arquitectónico con nuevos rascacielos, sino también preservar su identidad cultural mediante un urbanismo que respeta la historia y mejora la calidad de vida nocturna y diurna de sus habitantes.

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