lunes, 29 de diciembre de 2025

Juan Viesca, Finnova Foundation: «Se está devolviendo dinero a Bruselas debido a la falta de ejecución de los proyectos»

La gestión económica de las catástrofes naturales en la Comunitat Valenciana requiere un cambio de paradigma que abandone la improvisación y las ayudas puntuales. Juan Viesca, director de Fondos Europeos de la Fundación Finnova, ha advertido en el programa «El Intercafé» que el actual Fondo de Solidaridad no es una herramienta diseñada para cubrir cada episodio de lluvias intensas. Según el experto, es fundamental buscar soluciones de financiación a medio y largo plazo, ya que depender exclusivamente de asignaciones excepcionales cada vez que se produce un temporal no garantiza la resiliencia de los municipios afectados.

El análisis de Viesca pone el foco en la vulnerabilidad de las infraestructuras costeras y el gasto ineficiente que supone la regeneración de playas sin una estrategia climática sólida. En muchas ocasiones, inversiones millonarias procedentes de Europa desaparecen en cuestión de días tras el impacto de un fuerte temporal, lo que obliga a los ayuntamientos a iniciar procesos de reconstrucción desde cero. Esta problemática se extiende también a otros riesgos como los incendios de sexta generación, fenómenos que preocupan por igual a España y a la Unión Europea debido a su creciente virulencia y frecuencia.

Frente a esta situación, la propuesta de la Fundación Finnova se centra en la creación de un colchón financiero estable que permita actuar con rapidez y eficacia ante las catástrofes. Esta reserva de fondos permitiría a las administraciones disponer de recursos propios y planificados para la prevención y la reparación, evitando la dependencia de fondos de emergencia que a menudo llegan tarde. La clave reside en aprovechar los programas europeos ya existentes destinados a la gestión de riesgos naturales, los cuales ofrecen herramientas tecnológicas y bases de datos compartidas para mejorar la respuesta operativa sobre el terreno.

Remanentes

Un punto crítico en la estrategia para el horizonte de 2026 es el aprovechamiento de los remanentes presupuestarios que las administraciones públicas no han logrado gastar. Viesca ha señalado que se está devolviendo una cantidad ingente de dinero a Bruselas debido a la falta de ejecución de los proyectos previstos, un capital que resulta vital para la reconstrucción del territorio. El objetivo para los próximos años es «arañar» esos recursos sobrantes y redirigirlos hacia la protección de entornos sensibles, asegurando que cada euro disponible se utilice para fortalecer la defensa ante fenómenos meteorológicos extremos.

Como ejemplo de buenas prácticas, el director de Fondos Europeos ha citado la implementación de sistemas de prevención como los cañones de agua en la Albufera de Valencia (El Saler). Estos proyectos, desarrollados en colaboración transfronteriza entre España y Portugal, demuestran que la tecnología y la gestión de datos son fundamentales para minimizar el impacto de los desastres naturales. La experiencia acumulada en este tipo de iniciativas avala la necesidad de invertir en prevención más que en la simple reparación de daños, buscando siempre la sostenibilidad financiera de las actuaciones públicas.

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