El Gobierno de los Estados Unidos ha puesto en marcha una estrategia integral para consolidar su dominio en el sector de las telecomunicaciones avanzadas, centrando sus esfuerzos en el despliegue de la tecnología 6G. A través de un memorando presidencial publicado recientemente en la web oficial de la Casa Blanca, la Administración Trump ha definido esta nueva generación de redes como un pilar esencial para la seguridad nacional, la política exterior y la competitividad económica del país en las próximas décadas.
La iniciativa busca establecer un marco de colaboración entre diversas agencias federales, incluyendo los departamentos de Estado, Comercio y Seguridad Nacional. El objetivo principal es garantizar que la infraestructura del futuro soporte de manera resiliente el avance de la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías implantables, sectores que se consideran críticos para mantener la ventaja estratégica frente a competidores globales en el escenario tecnológico actual.
Como parte fundamental de este plan, el Ejecutivo ha ordenado la identificación y reasignación de bandas de espectro radioeléctrico que actualmente están bajo control federal para su uso comercial. Esta medida pretende liberar recursos técnicos que permitan a las empresas estadounidenses liderar el desarrollo de estándares internacionales y garantizar que las redes sean más rápidas y seguras ante posibles amenazas externas.
Viabilidad y coalición internacional
El memorando instruye específicamente al Departamento de Comercio para iniciar estudios sobre la viabilidad de reubicar sistemas existentes en las frecuencias de 7,125-7,4 GHz hacia otras bandas, con el fin de abrir espacio a licencias comerciales de plena potencia. Este proceso de transición deberá ser supervisado estrechamente para asegurar que las misiones de defensa y la estabilidad de la red eléctrica nacional no se vean afectadas durante el movimiento de las operaciones técnicas.
Además de los ajustes internos, la orden presidencial establece una ofensiva diplomática coordinada por el Secretario de Estado. Se busca crear una coalición internacional con socios extranjeros y líderes de la industria que respalden las posiciones de los Estados Unidos en los organismos de normalización. Este esfuerzo global tiene como meta influir en las decisiones de la próxima Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones en 2027, asegurando que los estándares técnicos del 6G se alineen con los intereses y valores de la administración estadounidense.
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