Por José Vázquez.
Se necesitan muchos paños calientes para aliviar el dolor que está produciendo el inicio de conversaciones entre USA y Rusia, conversaciones que de entrada trazan una gruesa y firme línea entre ganadores y perdedores. Extraña pero importante lección que debemos aprender los europeos de esta inoportuna e inesperada solución a un conflicto que ha durado poco más de tres años.
El asunto ucraniano viene de lejos, mucho más lejos de lo que pensamos, ya por los años 2004 (hace 20 años) estalló en Ucrania la Revolución Naranja. Esta revolución fue un movimiento de protestas masivas que llevó a la anulación de los resultados fraudulentos y a la repetición de las elecciones, en las cuales Viktor Yushchenko resultó vencedor sobre Viktor Yanukóvich. Fue el resultado de una pugna entre pro rusos y pro europeos apoyada a su vez por EEUU. Ahí empezó el origen del conflicto (guerra-invasión) que conocemos hoy.
Que los norteamericanos hayan apretado el acelerador y hayan dejado a los europeos sentados y pensando, solo tiene una explicación, Ucrania es la ficha de cambio para otros objetivos e intereses de los norteamericanos quizás en otras partes del planeta. Putin y los intereses rusos juegan una partida al más alto nivel mientras Europa no sólo pierde influencia (si es que alguna vez la tuvo) en Ucrania, sino que también en África, y en Hispano América respectivamente. Es lo que tiene ir al carro de los acontecimientos.
Trump por su lado, dirigiendo un circo de seis pistas, parece que si logra este tanto para su administración, logrará de un solo movimiento poner cierto orden en el tablero y dejar claro que está dispuesto a defender los intereses norteamericanos frente a China y Rusia respectivamente.
No podemos engañarnos, el movimiento de Trump y Putin solo pone de relieve la verdadera situación, Europa ha estado financiando una Guerra (a medias) y no sólo no va a recibir ningún reconocimiento, sino que va a ser ignorada por completo en un proceso donde no se pacta la paz, sino que se impone una solución para trazar una línea entre ganadores y perdedores.
LOS QUE GANAN:
Entre otras cosas
- EEUU recupera lo prestado e invertido en US$ en materias primas.
- EEUU use esta baza para abrirse camino en otros lugares de su influencia donde Rusia logró arrebatar influencia a los EEUU.
- Rusia logre el Bloqueo para siempre de la OTAN en Ucrania.
- Rusia se queda de nuevo con el control político y quizás social en Ucrania.
¿Por qué tiene tanta importancia estratégica el Donbas para las partes?
1. Recursos naturales y economía
El Donbás es una de las regiones más industrializadas de Ucrania, con enormes reservas de carbón, además de industrias siderúrgicas, químicas y manufactureras clave. Su control le da a Rusia acceso a estos recursos y refuerza su influencia en la economía ucraniana.
2. Conexión estratégica con Crimea
Desde la anexión de Crimea en 2014, Rusia ha buscado un corredor terrestre que conecte Crimea con su territorio. Controlar el Donbás y otras zonas del sur de Ucrania (como Mariúpol) ha sido clave para garantizar este acceso sin depender de puentes o rutas marítimas vulnerables.
3. Población prorrusa y factor identitario
Históricamente, el Donbás ha tenido una gran población de habla rusa y fuerte influencia cultural de Rusia. Desde 2014, Rusia ha promovido la idea de que la región debe estar bajo su control, alegando la «protección» de la población rusoparlante.
4. Desestabilización de Ucrania
Al controlar el Donbás, Rusia debilita a Ucrania económica y políticamente, evitando que se consolide como un Estado independiente fuerte o que se acerque más a la OTAN y la UE.
LOS QUE PIERDEN:
- Ucrania pierde territorio (el Donbás) y se queda con una deuda que tardará en pagar +30 años
- Ucrania acepta una paz impuesta por EEUU y por su enemigo, entonces pierde la guerra.
- Europa pierde todo lo invertido en Ucrania. Miles de millones que iban a soportar la democracia si, pero que eran también una inversión en su propia reconstrucción.
- Europa pierde influencia en la zona y en el mundo. Esto no es de ahora pero con Ucrania se demuestra que no es ni tiene el peso político que se le esperaba.
Malos tiempos para la diplomacia Europea, toca repensar y ajustar los discursos y las decisiones a nuevos tiempos donde cuando eres el tercero el cuarto de la clase, lo que dices o lo que haces, ya no interesa tanto al resto del mundo.
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