Luz verde a la opa del BBVA a Banco Sabadell, pero el Gobierno tendrá la última palabra

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha aprobado la compra de Banco Sabadell por parte de BBVA, según confirmaron fuentes a Bloomberg. La Sala de Competencia del organismo dio su visto bueno a la operación de concentración bancaria este miércoles, tras la presentación de una serie de compromisos ampliados por parte del grupo vasco. Estos «remedies» buscan mitigar los riesgos que la CNMC había identificado en relación con el crédito a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y los servicios de pago a través de Terminales de Punto de Venta (TPVs).

La noticia de la aprobación, adelantada por El Correo, llevó a la CNMC a emitir un comunicado a media tarde en el que, si bien no confirmaba la resolución, varios medios ratificaron posteriormente que el organismo ya había dado su conformidad. A pesar del visto bueno de la CNMC a la fusión entre las dos entidades, el Gobierno central todavía conserva una baza legal que podría influir significativamente en el destino final de la operación. El Ejecutivo tendrá la potestad de imponer condiciones adicionales a la fusión, una facultad que podría ser determinante para que la integración bancaria se concrete o, por el contrario, se vea frustrada. El desenlace definitivo de esta compleja operación no se espera hasta dentro de varias semanas o incluso meses, dependiendo de los distintos escenarios que puedan desarrollarse en el futuro. Cabe recordar que, sobre este asunto, el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, afirmó que lo que le preocupaba era el mantenimiento del empleo y las oficinas.

BBVA lanzó su oferta pública de adquisición (OPA) sobre Sabadell el 9 de mayo del año anterior, encontrando la firme oposición del consejo de administración de la entidad catalana, que consideró la oferta insuficiente. La CNMC recibió la notificación formal de la operación el 31 de mayo y, el 12 de noviembre, decidió elevar el expediente a una Fase II de análisis, convirtiéndose en la primera operación bancaria en España en no resolverse en la Fase I.

Diversos factores influyeron en esta decisión, incluyendo el carácter hostil de la OPA y las visiones contrapuestas de ambos bancos sobre su impacto en la competencia. Además, la ofensiva de BBVA generó una notable reacción de organizaciones empresariales y sindicatos, especialmente después de que la CNMC rechazara la personación de numerosos interesados en el proceso, admitiendo únicamente la del propio Sabadell. Este rechazo motivó recursos ante la Audiencia Nacional por parte de entidades como Foment del Treball, la Cámara de Barcelona, UGT y diversas patronales gallegas, quienes temían una reducción significativa en la disponibilidad de crédito para las pymes.

Cinco propuestas

Para obtener la aprobación de la CNMC, BBVA presentó una quinta propuesta de compromisos que incluía la extensión de 18 a 36 meses de la obligación de mantener las líneas de circulante y el volumen de crédito de las pymes que dependieran exclusivamente de ambos bancos. Además, BBVA aceptó que la CNMC evalúe la posible prórroga de estos compromisos por hasta dos años adicionales, lo que supondría un total de cinco años desde la materialización de la compra. El banco vasco también se comprometió a presentar un informe económico a la CNMC tres meses antes de la finalización del periodo inicial de tres años para evaluar el cumplimiento de los objetivos en cuanto al acceso al crédito de las pymes.

Otro compromiso clave asumido por BBVA es el mantenimiento, durante tres años, de las condiciones de los productos y servicios contratados por los clientes en más de 160 municipios considerados de alta concentración, donde la presencia bancaria se limita a BBVA, Sabadell o un máximo de dos competidores adicionales. Finalmente, BBVA prometió no empeorar las condiciones de los servicios de adquirencia para pymes y autónomos, salvo por cambios normativos en las tasas de intercambio o incrementos en las tarifas de los esquemas internacionales de pago.

A pesar de estos compromisos, el consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, había defendido la necesidad de medidas estructurales, como la venta de negocios específicos, para garantizar la competencia tras la fusión. Sin embargo, ante la postura de la CNMC, González-Bueno reconoció recientemente como «razonable» la exigencia de mantener «estable» la cuota de crédito a pymes dependientes de ambos bancos durante un periodo prolongado.