El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que vincula al número tres del PSOE, Santos Cerdán, con una presunta trama de corrupción organizada, ha provocado un terremoto político que no solo sacude los cimientos del Gobierno de Pedro Sánchez, sino que también tensiona internamente al PSPV-PSOE en la Comunitat Valenciana.
Según el documento policial, Cerdán habría tenido conocimiento y participación en una estructura que los investigadores califican como “organización criminal perfectamente organizada”, con el objetivo de enriquecerse mediante el desvío de dinero público, en beneficio del propio PSOE. Aunque el informe aún debe ser judicializado, su impacto político ya se siente en La Moncloa, donde el presidente del Gobierno se enfrenta a una de las crisis más delicadas de su mandato.
En medio del revuelo, la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, ha salido en defensa del Ejecutivo. “Un partido y un Gobierno que está consiguiendo que España esté entre los mejores niveles económicos y de igualdad, no se merece lo que ocurre por cuatro que han sido capaces de empañar y manchar el buen trabajo de todo lo que venimos haciendo en estos últimos siete años de Gobierno de Pedro Sánchez”, ha declarado.
Sin embargo, el daño reputacional es innegable. Desde la oposición, las críticas no han tardado en señalar también al socialismo valenciano. El diputado del Partido Popular Fernando de Rosa ha remarcado que “Ábalos era de Valencia y fue el número uno de la Comunidad Valenciana hasta que colocaron a Diana Morant”. De Rosa ha acusado a figuras actuales del PSPV, como la ministra Morant o la propia Bernabé, de haber formado parte del entorno político que impulsó a Ábalos: “No hay que olvidar que vienen todos de la familia de Ábalos y en su momento lo apoyaron constantemente”.
La alusión no es menor. Ábalos fue una figura clave del PSPV durante años, especialmente en el proceso de ascenso de Pedro Sánchez al liderazgo del PSOE. Su implicación en el conocido “caso Koldo” y la derivada del informe de la UCO reabren un capítulo incómodo para el partido en la Comunitat, que trata de desvincular su presente de esas etapas.
Respuesta del PSPV
A nivel autonómico, el PSPV mantiene un perfil bajo, consciente del riesgo de que la crisis nacional erosione su discurso de oposición al Consell de Carlos Mazón. La estrategia, por ahora, pasa por cerrar filas en torno al Gobierno central y esperar a que la investigación judicial concrete responsabilidades individuales.
El caso ha activado, sin embargo, los resortes internos de crítica y prudencia. Aunque no hay pronunciamientos públicos, fuentes del partido reconocen que el silencio de algunas voces relevantes se debe más a la cautela que a la indiferencia. Mientras tanto, el informe de la UCO ha encendido todas las alarmas: ya no se trata solo de un caso aislado, sino de un relato que amenaza con salpicar al propio corazón del PSOE y reavivar viejas lealtades y fracturas dentro del PSPV.



