El cónsul de Ucrania en la Comunidad Valenciana, Pablo Gil, ha calificado de «muy positivo» el nuevo marco acordado en la última cumbre de la OTAN, destacando el impulso a la defensa de infraestructuras críticas, la ciberseguridad y el apoyo industrial. Gil ha subrayado que «en ese 5% de detalles, hay una partida del 1,5% destinada a áreas esenciales que han demostrado ser vulnerables para los europeos», y ha valorado especialmente que «la ayuda militar a los ucranianos también se considere como gasto de defensa».
El representante ucraniano ha recalcado que Ucrania “no ha insistido en la intervención de otros ejércitos”, sino en recibir armas y medios técnicos “para que el ejército ucraniano pueda combatir la guerra contra una superpotencia peligrosa para Europa”. En ese sentido, ha afirmado que el nuevo enfoque permite ampliar el número de socios implicados y agilizar los recursos.
Respecto al estado del conflicto, Gil ha asegurado que “Rusia ha perdido la guerra porque ahora solo pierde hombres y avanza por metros, no por kilómetros”. Según ha explicado, diversos informes indican que el sistema ruso podría colapsar, aunque ha advertido que “estamos en un nivel de tensión e interconexión que no permite hacer pronósticos claros”.
Uno de los puntos decisivos, en opinión del cónsul, será la aprobación de sanciones en el Congreso de Estados Unidos: “Ya no es solo si se puede comercializar o no, sino que podría haber consecuencias directas para los países implicados en transacciones con Rusia”.
En relación a la respuesta europea, Gil ha señalado que el anuncio de Alemania de formar una nueva generación de 50.000 soldados “es insuficiente, ya que eso equivale a apenas tres semanas de guerra con Rusia”. Por ello, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad y la anticipación: “El enemigo está muy cerca y debemos ser previsibles”.
Finalmente, el diplomático ha puesto en valor el papel de las tecnologías de doble uso que, según ha dicho, “tienen aplicaciones tanto en el campo de batalla como en la vida civil”. Entre ellas, ha destacado sensores, drones y herramientas de eficiencia energética que “pueden generar empleo y contribuir al bienestar social al mismo tiempo que refuerzan la defensa europea”.



