Hace una década, el ingeniero de telecomunicaciones Álvaro Catarineu decidió emprender un proyecto que uniera su vocación tecnológica con un impacto real en la educación. Así nació Scooltic, una consultora especializada en introducir tecnología en centros educativos de forma personalizada y eficaz. “Hace 10 años decidí montar algo que me ilusionara y me llenara, y como muchas ideas, surgió desde la experiencia personal”, explica Catarineu.
Su visión partía de una carencia evidente: “No existía un asesor tecnológico para los centros, al contrario de lo que pasa con asesores fiscales o jurídicos. Quisimos ocupar ese hueco, desde una posición agnóstica, para ofrecer a cada escuela la tecnología que mejor se adaptaba a sus características y objetivos”.
Lejos de la polémica sobre el uso de pantallas en las aulas, Catarineu reivindica que la tecnología no sustituye habilidades como la lectura o la escritura, sino que “las potencia y ayuda a desarrollar múltiples capacidades, si se utiliza bien”. En este sentido, subraya que todos los centros que han apostado por la transformación digital lo han hecho con un enfoque constructivo y formativo.
“Nos fue fácil empezar porque nos encontramos con ordenadores antiguos y sistemas obsoletos, y pudimos ofrecer servicios y dispositivos a precios muy asequibles”, recuerda. “Eso nos permitió migrar experiencias completas a la nube, incluso en organizaciones educativas muy grandes”.
Aunque Scooltic nació con el foco en el mundo educativo, su crecimiento ha abierto nuevas líneas de trabajo. El objetivo ahora es posicionarse como partner de referencia de Google Workspace en el ámbito empresarial valenciano. “Tenemos las licencias necesarias y estamos integrando soluciones muy interesantes que pueden aportar un gran valor a empresas de todos los tamaños”, asegura el CEO.



