Andrés Romera, ingeniero: «No se ha preparado el territorio para la llegada de las Dana, que además son más impredecibles»

El ingeniero de caminos, canales y puertos Andrés Romera ha alertado en El Intercafé sobre los efectos cada vez más intensos y prolongados de las lluvias torrenciales asociadas a las Danas, fenómeno que ha dejado de ser estacional para convertirse en una amenaza constante para el arco mediterráneo.

“Antes teníamos más acotado el fenómeno de la gota fría, que podía ir de agosto a finales de octubre, pero ahora ya sufrimos Danas que tienen más virulencia y en un espacio de tiempo mucho mayor”, explicó Romera, quien ha estudiado la evolución de estos eventos extremos en la región mediterránea.

El ingeniero considera fundamental replantear la planificación hidráulica y urbana, poniendo énfasis no solo en canalizar el agua de lluvia sino en intervenir desde el origen. “Nosotros debíamos actuar con el desvío de los barrancos, pero también en las partes altas de las laderas para que el agua no lleve lodos, sino que la corriente llegue lo más limpia posible”, destacó.

Uno de los principales problemas señalados por Romera es la escasa capacidad de los municipios para modernizar sus sistemas de saneamiento. Según advirtió, los ayuntamientos no tienen ni los medios económicos ni la planificación técnica adecuada para acometer reformas a gran escala. “Aquí necesitaban mayor implicación real porque todo ello conlleva que si caen aguas en nuestro espacio urbano tampoco se podrán absorber con eficacia”, apuntó.

El experto hizo hincapié en que las infraestructuras actuales no están diseñadas para soportar lluvias tan intensas en tan poco tiempo, lo que provoca inundaciones recurrentes y daños estructurales cada vez más graves en los entornos urbanos.

Romera también señaló al calentamiento del mar Mediterráneo como un factor agravante. “La cornisa del Mediterráneo ha sufrido muchos episodios alarmantes porque está ligada a un mar cerrado, con una única salida natural, que se está calentando considerablemente”, explicó. Este aumento de temperatura incrementa la evaporación y alimenta la inestabilidad atmosférica, propiciando tormentas más violentas y de difícil previsión.

Frente a este escenario, el ingeniero pide una implicación real y coordinada entre administraciones locales, autonómicas y estatales, así como una mayor inversión en infraestructuras resilientes y sostenibles. “No se trata solo de reaccionar, sino de anticiparse”, subrayó.

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