Diálogo Social tenso: Navarro se ausenta y crece la grieta con la Generalitat

El panorama empresarial valenciano se polariza. Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), se ausentó este viernes de la crucial Mesa de Diálogo Social en el Palau de la Generalitat, alegando una indisposición. Su ausencia se produce en un momento de máxima fricción con el gobierno autonómico, exacerbada por un reciente comentario del president Carlos Mazón que contribuyó a «enturbiar» aún más la relación entre ambos líderes.

Navarro no asistió al encuentro —donde estaban presentes Mazón y los líderes sindicales de CCOO PV y UGT PV— apenas dos días después de que el president Mazón ironizara públicamente sobre la falta de Navarro en un evento, sugiriendo que «se ha ido junto al ministro de Economía y la delegada del Gobierno».

La tensión con la Generalitat coincide con el inicio oficial de la carrera electoral por la presidencia de la CEV. Navarro, quien lleva ocho años en el cargo, confirmó ayer en Castellón que la organización abriría el proceso de convocatoria para los comicios del 6 de noviembre.

Pese a su intención de buscar un tercer mandato, Navarro ya está tejiendo alianzas frente a una candidatura autonómica alternativa que intenta articularse. Esta oposición, impulsada por las influyentes patronales del metal (FEVEMAL), el mueble (FEVAMA) y AVA, ha intentado promover como figura visible a Carlos Bañó, presidente de la Cámara de Alicante y conocido por su cercanía a Mazón.

Sin embargo, el frente opositor aún no ha logrado consolidar su proyecto ni encontrar un candidato de consenso. La figura que más ruido ha generado es la de Vicente Lafuente, presidente de Femeval y actual vicepresidente de la CEV, quien ha confirmado su intención de disputar el liderazgo a Navarro.

La estrategia del silencio

La Junta Directiva celebrada el jueves para oficializar la convocatoria electoral, donde se esperaban críticas abiertas y movimientos de la facción descontenta, se desarrolló en un «silencio sepulcral». Sorprendentemente, ni el propio Navarro ni su potencial rival, Lafuente, oficializaron sus candidaturas, optando ambos por mantener sus cartas ocultas.

Fuentes cercanas a ambos bandos sugieren que esta «estrategia controlada» busca disipar la imagen de confrontación interna que ha dominado la rumorología empresarial. El entorno de Navarro explicó que el líder no vio la Junta Directiva como el «escenario idóneo» para presentar su candidatura, reservando ese anuncio para un momento posterior. La brevedad de la reunión y la ausencia de cuestionamientos, sin embargo, denotaron una tensión tácita en el ambiente.

El camino hacia el 6 de noviembre será arduo. Los estatutos de la CEV exigen a cada aspirante obtener un aval de, al menos, el 20% de los miembros de la Asamblea General, lo que se traduce en un umbral de 103 apoyos. Con el plazo de presentación de candidaturas abierto hasta el 22 de octubre, el margen para nuevos giros en este duelo de poder está servido.

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