El alcalde de Utiel, Ricardo Gabaldón, ha subrayado la importancia de la colaboración entre todas las administraciones públicas un año después de la dana que azotó la provincia de Valencia, dejando graves daños materiales y seis víctimas mortales en la comarca.
“En estos momentos, la colaboración entre todas las administraciones es obligatoria. La local es la que está dando los mayores pasos con los menores recursos, la Generalitat Valenciana está haciendo muchos esfuerzos económicos para arreglar carreteras y la Confederación está aplicando sus proyectos en el río Magro para ampliar”, ha explicado el primer edil utielano, que ha insistido en la necesidad de mantener la cooperación y el compromiso conjunto para la reconstrucción total del territorio.
Gabaldón ha señalado que la prevención y la información ciudadana son esenciales para afrontar con eficacia futuras emergencias: “La prevención hay que ponerla y tener unos niveles de alerta que todos sepamos lo que hay que hacer cuando ocurre, tanto los cargos públicos como la ciudadanía, para actuar correctamente”.
El alcalde también ha querido reconocer el esfuerzo del sector agrícola y ganadero, uno de los más afectados por la catástrofe: “Es paradójico que las personas que se jugaron la vida y su patrimonio ayudando a la gente, sean ahora los que más están sufriendo, porque las explotaciones ganaderas y agrícolas están destrozadas. Confío en la fortaleza del sector, pero se necesita mayor celeridad en las ayudas”.
Gabaldón recordó con emoción aquellos días de angustia: “Han sido días muy difíciles, tristes y dolorosos, recordando esos momentos más duros con las seis víctimas que perdimos, pero también acordándonos de nuestros ganaderos, agricultores y vecinos que se lanzaron a la calle a ayudar a todos sus vecinos”.
El alcalde evocó la gestión de las primeras horas de la emergencia, cuando la rápida toma de decisiones resultó clave para proteger a la población: “Fueron unos momentos muy críticos y complicados. A las seis de la mañana estábamos hablando con los directores de los colegios, el claustro y la empresa de transporte, donde tomamos una decisión acertada en minutos, sabiendo que a muchas personas no les venía bien, pero era necesario”.
