El ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Andrés Romera ha reivindicado el papel estratégico de la energía nuclear dentro del sistema energético español y ha advertido de las consecuencias económicas y laborales que tendrá el cierre de las centrales de Almaraz I y Almaraz II.
Romera sostiene que, pese a los debates sociales y políticos, la tecnología nuclear actual se ha convertido en una fuente energética altamente segura y controlada. “La energía nuclear, tal y como se produce en la actualidad, tiene un mantenimiento periódico con controles exhaustivos e incorpora mecanismos de seguridad de última tecnología. Por lo tanto, es una energía limpia equiparable a las energías verdes”, asegura.
El ingeniero explica que el contexto internacional está avanzando en sentido contrario al calendario de cierres español. “El modelo mundial tiende a ampliar la vida útil de las centrales nucleares y tenemos recorrido para que funcionen. En Estados Unidos las tienen en 80 años y en Francia están aumentando su capacidad con mini reactores, que son dos líneas que deberíamos incorporar para generar industrias muy sólidas”.
Sin embargo, lamenta que en España ya esté en marcha el proceso irreversible de clausura de las centrales extremeñas: “Se nos viene encima el cierre de Almaraz I y Almaraz II, con una pérdida de casi 5.000 empleos directos e indirectos de manera inmediata. Querían prolongar su vida, teniendo un precio de esa electricidad producida que no les causara ningún perjuicio económico para cubrir costes”.
Romera recuerda que, pese a las peticiones de extensión, el sistema avanza hacia el desmantelamiento: “Ya se ha adjudicado el proyecto para la viabilidad del desmantelamiento con el estudio técnico previo”. Aun así, insiste en que la energía nuclear continúa siendo clave para la estabilidad del sistema: “Es un hecho que el mundo va hacia una dirección en cuanto a la energía y ahora mismo es una fuente importantísima para garantizar el mix energético”.



