El CEO de Tbig Finance, Vicente Ruiz, ha criticado con contundencia la renuncia del Gobierno a líneas de financiación europeas favorables para las empresas, en un momento en el que —según subraya— el tejido productivo necesita más oxígeno que nunca. “Venimos reivindicando durante muchos años que hace falta liquidez para el tejido empresarial porque cada vez se endurecen más las líneas”, ha señalado, lamentando que “tener acceso a unas líneas mucho más interesantes y que nuestro Gobierno prefiera destinarlo a gasto y no a inversión solo te hace pensar que se busca un rédito electoral”.
Ruiz ha insistido en que los fondos que lleguen deben emplearse en generar futuro, no en sostener gasto corriente. “Cuando recibamos dinero, este debe ser para aplicar inversiones y que luego generen riqueza, y no para aumentar el gasto”, ha advertido. “Aquí se debe apostar por invertir más que por gastar, porque esto último es pan para hoy y hambre para mañana”.
El directivo ha recordado además que la Comunitat Valenciana sufre una infrafinanciación crónica que se suma a la falta de renovación de infraestructuras esenciales. “Tenemos un problema de infrafinanciación para muchas comunidades autónomas, en concreto la nuestra, pero es que además tenemos infraestructuras de hace 30 años que, con el crecimiento de la población, no se han renovado”, ha denunciado.
Respecto al sistema Verifactu, Ruiz ha mostrado preocupación por la falta de claridad y la improvisación institucional. “Todo el mundo se ha estado preparando para esa implementación, adaptando sistemas y clientes, y un mes antes te dicen que no llegan”, ha criticado. “Esto nos lleva a no saber si ser previsores o esperar hasta el último momento para ver si se aplican ciertos mecanismos”.
A ello se suma la inseguridad generada entre los profesionales. “Ahora tenemos la incertidumbre de que todas las horas dedicadas a cambiar nuestros sistemas pueden no valer en el futuro porque interviene mucha gente y pueden cambiar todo lo establecido”, ha apuntado. “Siempre la responsabilidad cae sobre los más pequeños, que deben mover cielo y tierra para acoplarse a esas normativas, y más cuando llegaban notificaciones asegurando que debía implementarse”.



