En el último capítulo de L’Alqueria Blanca dejamos a Raquel en una situación delicada, sufrió un desmayo. La alcaldesa está sufrida consecuencias físicas debido a sus circunstancias personales: ha perdido a su hombre, tiene un embarazo de riesgo y exceso de trabajo en el Ayuntamiento. Así que, si quiere caer enferma tendrá que tomarse las cosas con más calma y descansar como le ha reconamando la médica en muchas ocasiones. Ya veremos si una persona tan activa como ella puede conseguirlo. Además, por si no tuviera suficiente, se convertirá en la confesora de las mujeres interesadas por Robert.
Por otro lado, Tonet sigue manteniendo el malentendido de que él es el autor de la etiqueta ganadora del concurso organizado por la Bodega Sanchis, aunque, todos sabemos que la autora es Pili que le envió el diseño desde París. Claro, que los organizadores están tan entusiasmados con el artista, que quizás le piden más etiquetas.
Oliveras, la sobrina de don Cipriano, que ha vuelto al pueblo para hacer la preproducción de la nueva película de Berlanga, dará detalles de cómo el cineasta puede ayudar a Blanca y Carme a justificar que el beso que se dieron en la tienda era un ensayo de ficción. Con toda probabilidad, él mismo podría escribir la escena que serviría de excusa perfecta, y si no es él podría ser su guionista, Azcona.
Blanca tendrá otro motivo para animarse, Xavi, su hijo, está triunfando en la catedral de la pelota, el trinquete de Pelayo. A ver si, uno de estos días, Xavi le da una sorpresa y vuelve al pueblo a visitarla. Si eso ocurre, Isabel, la maestra, también se pondrá contenta.
¿Volverá pronto Xavi y apoyará a Blanca en la complicada situación que vive? ¿Quién hará el guión que necesita la tendera y Carme para justificarse ante el juez? ¿Hasta cuándo alargará Tonet su impostura respecto al diseño de la etiqueta? ¿Conseguirán entre todos que Raquel descanse o seguirá pensando que se puede gobernar el mundo desde casa?. Todas las respuestas mañana, martes a las 22:00 horas en À Punt y a la carta a