Mazón sopesa cambios en el segundo y tercer escalón del Consell

Esdiario CV

Este mes de mayo se cumple un año desde que el PP de Carlos Mazón ganara las elecciones autonómicas y desbancara al socialismo de la Presidencia. Pasada la cortesía del periodo de adaptación en estos diez primeros meses de gobierno, el dúo experimental de PP y Vox ya ha puesto en marcha la maquinaria legislativa al tiempo que comienzan a vislumbrarse las fisuras en determinados departamentos con algún previsible reajuste en la composición del Ejecutivo valenciano. 

Con la campaña de las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, Génova ha lanzado un proyectil teledirigido desde su sede valenciana en dirección a la ministra Teresa Ribera, también cabeza de lista del PSOE al Parlamento Europeo, con el motivo oficial del incumplimiento en política hídrica.  

Como viene siendo la tónica habitual de este Ejecutivo autonómico -que no de otros- el papel de la portavoz del Gobierno, Ruth Merino, queda relegado a dar cuenta pública únicamente de los asuntos aprobados por el Consell, mientras que aquellas cuestiones capitales, delicadas o susceptibles de la polémica se reservan al ‘president’ o, en el mejor de los casos, se le delega al conseller de turno. Un encasillamiento limitado hecho a medida para el perfil institucional y técnico de Merino que en principio podría parecer deseado para evitar terreno fanganoso, pero que entre bambalinas comienza a desatar serias dudas. 

Para mayor efecto a la ofensiva contra la ministra de Transición Ecológica, el PP de Mazón ha transferido la misión a la consellera responsable de la materia, Salomé Pradas, quien ha tratado de reforzar la comunicación de la portavoz del Gobierno, Ruth Merino. Aunque en la rueda de prensa tras el último pleno del Consell celebrado en Elche se dejó contaminar por sus relaciones personales-laborales con la Confederación Hidrográfica del Júcar y acabó disparando al flanco equivocado, Pradas mostró la dialéctica contundente que requiere subir a la tribuna de la portavocía de un gobierno. No pasó desapercibida la rápida respuesta que le ofreció a Merino cuando le reprendía por hacer uso fluido y alternado de las dos lenguas oficiales de la Comunidad Valenciana. Con la misma determinación y la habilidad de una amplia trayectoria en la Secretaría de Estado, la vicepresidenta Susana Camarero, también defendió semanas antes, desde el mismo micrófono, tanto las políticas de Igualdad del departamento que dirige como todas las cuestiones de actualidad.